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Françoise Gilot ha fallecido a los 101 años. Fue una pintora, crítica de arte y escritora francesa con un innegable talento como artista; sin embargo supo casi desde el principio que viviría a perpetuidad a la sombra de Pablo Picasso. La que fue amante y madre de dos de sus hijos, Claude y Paloma Picasso, escribió en su momento una polémica biografía sobre su vida con el pintor que el malagueño trató de bloquear a toda costa y que se acabó convirtiendo en un éxito de ventas.

Hija de un agrónomo y empresario empeñado en que su hija fuera abogada y de una pintora que acabó por contagiarle la pasión por el oficio, Gilot tuvo claro su amor por la pintura desde muy temprano. Lo contaba Lisa Stevenson, jefa en Sotheby’s, tras la venta de Paloma a la Guitare, su obra más famosa, por 1,3 millones de dólares: «No es muy sabido que el compromiso de Gilot con el arte estuvo presente mucho antes de su relación con Pablo Picasso, y lamentablemente a menudo quedó a su sombra».

En 1973 fue nombrada directora de arte de la revista académica Virginia Woolf Quarterly. ​ En 1976 se unió a la junta del Departamento de Bellas Artes de la Universidad del Sur de California. Recibió la medalla Legión de Honor, una de las mayores distinciones en Francia. Estudió filosofía y literatura inglesa en la Universidad de Cambridge y el Instituto de la Universidad de Londres en París. Durante la segunda guerra mundial, fue brevemente detenida tras participar en un acto político en el que se depositaban flores en la Tumba de los desconocidos, por lo que su nombre fue inscrito en una lista de alborotadores, algunos de los cuales posteriormente fueron ejecutados por los alemanes. Gilot dividía su tiempo entre Nueva York y París, y continúo exhibiendo su trabajo internacionalmente.

Françoise Gilot fue introducida al arte a una temprana edad por su madre y abuela. Su abuela celebró una fiesta Françoise cuando tenía aproximadamente cinco años, donde un hombre llamó la atención de Gilot, y preguntó a su abuela de quién se trataba. El hombre resultó ser el pintor, Emile Mairet, ​con quien el padre de Gilot desarrolló una estrecha relación, y Françoise a menudo se unía a ellos para visitar su estudio. Con veintiún años conoció a Picasso, que tenía 61. A pesar de que Picasso influenció la obra de Françoise Gilot como pintor cubista, esta desarrolló un estilo propio. Evitaba los bordes afilados y formas angulares que Picasso solía utilizar y, en cambio, utilizaba figuras orgánicas. Durante la guerra, el padre de Gilot trató de salvar sus pertenencias más valiosas trasladándolas, pero el camión fue bombardeado por los alemanes, produciendo la pérdida de los dibujos y acuarelas de la artista.

Varios historiadores de arte afirman que fue la relación con Picasso la que cortó su carrera artística. Cuando Gilot abandonó a Picasso, este instó a los tratantes de arte que conocía que no trabajaran con Gilot, mientras que ella ha manifestado que el que fuera identificada como pareja de Picasso o como amiga de Matisse le resultó perjudicial como artista.

El mismo Picasso, cargado de soberbia y resentimiento, se lo expuso con toda la crudeza posible al enterarse de que Gilot iba a hacer lo que ninguna otra amante había osado hacer antes que ella: abandonarle. «¿Crees que la gente estará interesada en ti?», le dijo a la pintora francesa. «Nunca lo harán, realmente, solo por ti. Incluso si crees que le gustas a la gente, solo será una especie de curiosidad que tendrán sobre una persona cuya vida tocó la mía tan íntimamente».

Picasso y Gilot nunca se casaron, pero tuvieron dos hijos juntos. Su hijo, Claude, nació en 1947 y su hija, Paloma, nació en 1949. Durante sus diez años juntos, Gilot fue a menudo acosada en las calles de París por la esposa de Picasso, Olga Khokhlova. En 1964, 11 años después de su separación, Gilot escribió Vida con Picasso (con el crítico de arte Carlton Lake), un libro que vendió más de un millón de copias en docenas de lenguas, a pesar de las fracasadas acciones legales de Picasso para tratar de detener su publicación.​

A partir de entonces, Picasso rechazó ver a sus hijos Claude y Paloma más. Todos los beneficios del libro fueron destinados a ayudar a Claude y Paloma a hacer un requerimiento para ser reconocidos como herederos legales de Picasso.

En esos diez años de relación con Picasso hubo momentos felices. Gilot recuerda la gentileza con que le trataba en los primeros años. Pero también viajes del artista al sur de Francia con los ocasionales escarceos románticos con otras mujeres. Cuando le dijo que le dejaba en septiembre de 1953, el genio no daba crédito. «Ninguna mujer deja a un hombre como yo», le dijo.

A Gilot nunca le faltó tirón de público. Siguió encontrando compradores para sus cuadros abstractos pese a la maldición de su ex pareja. Su obras, que trataban de alejarse del estilo de Picasso, están colgadas en museos como el Metropolitan y el MOMA de Nueva York o el Centro Pompidou de París.