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Celebramos 25 años de cine en francés homenajeando a Constantin Costa-Gavras, cineasta franco-griego cuya extensa filmografía destaca no sólo por su calidad, sino también por su compromiso social.

Hasta mediados de septiembre no podemos desvelar la programación oficial de la vigésimo quinta edición del Festival de Cine Francés de Málaga, que tendrá lugar del 11 al 18 de octubre en diferentes espacios de la ciudad (La térmica, el Centre Pompidou Málaga y, por supuesto, el Cine Albéniz). Sin embargo, sí que podemos daros un avance: este año dedicaremos el Festival a la inigualable figura del cineasta francés de origen griego Costa-Gavras; un reconocimiento que nace de la habitual colaboración con el Festival Premiers Plans de Angers.

El cine según Costa-Gavras

Konstantinos Gavras, llamado Costa-Gavras, es un director de cine franco-griego, nacido en Lutra-Iraias (Atenas) en 1933. Sus primeros años los dedicó al thriller político y al drama social, mientras que en la posterior etapa de su carrera se ha volcado más en la ficción social. Sus películas han destacado siempre por el compromiso político e ideológico que deja patente en cada una de ellas, convirtiéndolas así en herramientas de transformación social y de agitación de conciencias.

Ganador de múltiples premios Oscars, BAFTA o del Festival de Cannes entre otros, Costa-Gavras siempre ha trabajado con figuras internacionales a lo largo de su trayectoria, como Jorge Semprún, Dustin Hoffman, John Travolta o Jean-Louis Trintignant. Por otra parte, como buen amante de la Literatura (carrera en la que se licenció en su juventud), ha adaptado al cine algunas obras literarias de autores como Vassilis Vassilikos (“Z”, 1969), Romain Gary (“Clair de femme”, 1979) o Thomas Hauser (“Desaparecido”, 1982).

Proyecciones en el Centre Pompidou de Málaga

Como ya viene siendo tradición, el homenaje tendrá lugar en el Centre Pompidou, donde se proyectarán tres de las películas más importantes del director. A continuación os dejamos las fechas e información sobre las mismas:

14 de octubre

Será la ópera prima de Costa-Gavras la que inaugure la sección. Se trata del filme Los raíles del crimen (Compartiment tueurs, 1965). Una película franco-italiana con un reparto coral adaptada de una de las novelas de Sébastien Japrisot. En ella se pueden observar referencias al cine polar de Clouzot o Melville (protagonista homenajeado en la anterior edición del Festival).

La cinta cuenta la historia de seis personas que comparten un coche-cama durante el trayecto en tren desde Marsella a París. La situación se tensa cuando uno de ellos aparece asesinado y la policía comienza a investigar el crimen. En el 66, esta película estuvo nominada a los BAFTA y fue premiada como Mejor Película Extranjera en los National Board of Review.

16 de octubre

No podíamos prescindir de la que probablemente sea la obra más importante del autor hasta la fecha: Z (1969). De nuevo se trata de una adaptación literaria, en este caso del escritor griego Vassilis Vassilikos, en la que se denuncia el asesinato de Grigoris Lambrakis, un diputado griego de izquierdas y pacisfista. Cuando el asesinato es encubierto por las autoridades del país, un joven magistrado a quien encargan la investigación del caso comienza a indagar y a sacar trapos sucios.

Esta cinta ha sido sin duda una de las más laureadas de su carrera. Consiguió con ella numerosas nominaciones y premios, incluyendo dos Oscars. Además, supuso el inicio de su inmersión en el género policiaco y político del que muchos otros cineastas se han visto influenciados posteriormente.

17 de octubre

La cinta La confesión (L’aveu, 1970) será el cierre y broche final del homenaje a Costa-Gavras. Después del éxito de Z, el director continuó explorando en la denuncia y representación del totalitarismo. Con esta obra militante, el franco-griego denuncia los juicios estalisnistas y las torturas que sufrían los presos políticos a los que obligan a reconocer hechos no acontecidos durante el famoso Proceso de Praga de 1952.

El filme, que estuvo nominado a los Globos de Oro en la categoría de Mejor Película Extranjera, no habría sido posible sin la implicación de Yves Montand y Simone Signoret (actores protagonistas), debido a las presiones comunistas francesas a las que tuvo que hacer frente.