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El 15 de Octubre se celebra el Día Internacional de las Escritoras con la intención de dar visibilidad al trabajo y la creación de las mujeres en la literatura. En Lien extendemos la iniciativa hasta el cine y os presentamos a tres directoras a las que no hay que perder de vista.

 

La imprescindible Claire Denis cuenta con 13 largometrajes a sus espaldas que la han consagrado como una de las principales directoras de la escena francesa actual. Antes de debutar con Chocolat en 1988 trabajó como asistente de dirección para iconos del cine como Wim Wenders o Jim Jarmusch. Pasó su adolescencia en África, hecho que se ve reflejado en sus películas, llenas de choques culturales y raciales. Entre ellas destacan títulos como Beau Travail (1999), L’intrus (2004) o Les salauds (2013). Denis estudia al ser humano en sus películas. Lo hace físicamente, a través de los cuerpos a los cuales se refiere a menudo con primeros planos; y psicológicamente, escrutando el comportamiento de sus personajes y dejando poco lugar al diálogo. Su última película, High life, enmarcada dentro de la ciencia ficción low cost, es la primera de su carrera rodada en inglés y formó parte de la Sección Oficial en la reciente edición del Festival de Cine de San Sebastián.

 

Tenía ganas de hablar de la infancia, de hacer una película luminosa y dinámica, con una puesta en escena arriesgada. – Céline Sciamma

Céline Sciamma irrumpió por todo lo alto en Cannes de 2007 con su ópera prima Naissance des pieuvres. Más tarde estrenó la laureada Tomboy (2011) y Girlhood (2014). Las tres películas cuentan con una serie de elementos que permiten entenderlas como una trilogía. En todas ellas los personajes son chicas, que luchan por definirse y alcanzar su identidad. Son casi viajes iniciáticos que se desarrollan durante la época estival, con todo lo que aporta de nostálgico el verano. Lo que caracteriza la obra de Sciamma no son los grandes giros argumentales o la acción en la trama, sino un estilo minimalista perfilado en sus películas a través de planos cercanos, atmósferas íntimas y ritmo pausado. La cineasta ya ha iniciado el rodaje de su siguiente trabajo, el filme de época Portrait de la jeune fille en feu, que empezará a rodarse este otoño en Bretaña.

 

Nunca sabré contar historias sobre gente feliz. – Mia Hansen-Love

Como ya hicieron algunos de los grandes del cine francés, Mia Hansen-Love empezó colaborando en la mítica revista Cahiers du Cinéma para dar el salto a la dirección en 2007 con el filme Tout est pardonné. Cinco películas después, entre las que destaca la gloriosa odisea tecno Eden (2014), se puede afirmar que la mirada de Hansen-Love, compuesta por tomas largas y cámara fluida, es única. En su obra se intuye un alto contenido autobiográfico y el gran leitmotiv es, sin duda, la familia. Concretamente, su propia familia, cuyas diferentes figuras se ven reflejadas en cada filme de la realizadora. Otro aspecto clave en su narrativa es el paso del tiempo. La directora explora las relaciones afectivas y el propio crecimiento personal a través de él, lo que dota de mayor profundidad a sus personajes. El pasado mes de septiembre se estrenó en Toronto su última película, Maya, ambientada en la India, y ya tiene en fase de pre-producción su siguiente trabajo.

 

Este año la programación de la Sección Oficial Francófona del Festival de Cine Francés de Málaga ofrece cuatro películas dirigidas por mujeres. Las cintas canadienses Charlotte a du fun de Sophie Lorain y Chien de Garde de Sophie Dupuis; y las francesas Luna de Elsa Diringer y Joueurs de Marie Monge. Ya que octubre es el mes dedicado a las autoras y a las creadoras, ir a ver estas películas resultará una oportunidad perfecta para disfrutar y conocer el universo de estas cuatro cineastas. ¡No te quedes sin entradas!