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Estamos convencidos de que aprender un segundo idioma va más allá de lo académico. Te contamos cómo matricularte en una academia de francés (o de cualquier otro idioma) puede mejorar tu vida en diversos aspectos.

Todavía muchas personas tienen la idea de que estudiar en una academia de idiomas es solo para aquellos estudiantes que tienen que recuperar una asignatura que se les ha atravesado. También es habitual pensar en ello como un mero trámite para obtener ese diploma tan necesario que nos exigen en nuestro currículo. Por supuesto, ambas asociaciones son ciertas. Una academia de francés, de inglés o de cualquier otro idioma sirve para eso. Pero no es lo único que podemos encontrar en ella.

Estudiar un segundo idioma en un entorno físico destinado para ello puede reportarnos numerosas satisfacciones a nivel profesional y académico, pero también a nivel humano. Independientemente de las razones que nos lleven a aprender otras lenguas, en la base del acto en sí mismo está la comunicación y, a través de ella adquirimos la cultura y el conocimiento. Hoy en día es más fácil que nunca acceder a la información. Cuantas más herramientas tengamos a nuestro alcance para llegar a ella -y dominar otro idioma es una de las más potentes-, más conectados estaremos con el mundo.

Ventajas de aprender un segundo idioma

Además de mejorar el currículo, obtener diplomas certificados o aprobar exámenes, aprender otra lengua tiene muchas otras ventajas que no siempre se conocen o se tienen en cuenta.

  • Confianza en uno mismo. Cuando decidimos estudiar otra lengua y lo planteamos como un reto personal y no como una obligación, cada progreso, por pequeño que sea, nos motiva y nos llena de confianza para seguir adelante y seguir mejorando. Una vez que hemos interiorizado esta mecánica podemos extrapolarla y aplicarla a otros aspectos de nuestra vida, ya sean académicos, profesionales o personales. Aprender francés u otros idiomas aumenta la seguridad y la autoestima de las personas.
  • Entrena tu cerebro. Numerosos estudios han demostrado que aprender a pensar y a expresarnos en otra lengua mejora las capacidades del cerebro. Para él es como un entrenamiento y lo ayuda a mantenerse en forma retrasando su envejecimiento. También sirve para prevenir enfermedades neurológicas degenerativas como la demencia senil y el Alzheimer, según la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS).
  • Aumenta la creatividad. Cuando te ves obligado a pensar en otro idioma y emplear una nueva sintaxis y formas gramaticales, ponemos en marcha la creatividad. Tenemos que encontrar e interiorizar nuevas vías para expresar lo que queremos decir. Ocurre igual con el vocabulario. A menudo necesitamos hallar una palabra que no utilizamos si quiera en nuestra lengua materna. Encontrar nuevas formas de expresión es pura creatividad.
  • Viajar adquiere otra dimensión. Viajar se vuelve mucho más divertido cuando podemos mezclarnos con la gente local y somos capaces de mantener una conversación. Entender todo lo que encontramos a nuestro alrededor, desde un cartel hasta el menú de un restaurante, también hace que nuestra experiencia en un país extranjero sea mucho más satisfactoria. Es la mejor manera de poner en valor todo el sacrificio y las horas de estudio y academia que hemos empleado.
  • Acceso más amplio a la cultura. Escuchar música extranjera y entender las letras, leer un libro sin traducir o ver una serie o película en versión original. Hoy en día llenamos nuestras horas ocio con cultura. Excepto por la música, el resto de elementos nos llegan traducidos. Esto no es negativo, pero sí que al consumir la cultura en nuestra lengua materna nos estamos perdiendo matices, sentidos y una experiencia más completa que al hacerlo en el idioma original. Una obra del tipo que sea en versión original adquiere una profundidad que se pierde en su traducción.
  • Vivir en el extranjero. Muchas personas se plantean vivir en otro país al menos una vez en su vida como una experiencia vital que merece la pena. Otras, sin embargo, lo hacen por necesidad al encontrar mejores oportunidades laborales. Especialmente en el segundo caso, es crucial dominar un segundo idioma para poder optar por el puesto que queremos y no conformarnos con trabajos poco cualificados y mal remunerados. De hecho, en muchos países exigen un nivel mínimo certificado para poder trabajar en ellos.

Como veis, hablar otras lenguas tiene muchas ventajas. Además, lo mejor que podemos hacer por nosotros mismo es ser siempre alumnos. No dejar nunca de aprender ni de sentir curiosidad por aquello que nos rodea. Así que, si siempre has querido hablar otro idioma, ¿por qué no pruebas con el francés?