Carmen Veiga

Nací una fría y nevada mañana de invierno en Bruselas, Bélgica, mientras mi padre traducía para unos jóvenes armenios. Estos dos pequeños detalles sin importancia aparente han sido características de mi vida porque siempre busqué lugares más al sur, donde hiciera menos frío y coincidí siempre con personas de diversas culturas y lenguas. Tanto es así que comencé mi profesión dando clases de francés en Madrid. Poco después, conseguí alcanzar lo que era entonces mi sueño: trabajar en la cooperación en América Latina. Ese entusiasmo e ideal me llevaron a lo largo de 17 años por países como Honduras, El Salvador o Perú donde aprendí y descubrí los secretos y las artes de una de mis pasiones, la enseñanza.

Pero todo sueño tiene su fin, así que siendo puse rumbo a Europa sin saber muy bien a dónde ir pero buscaba un lugar cálido. El azar me llevó a la Axarquía. Bella región, a lo largo de la cual comencé dando clases de francés para diversas empresas a niños, adolescentes y adultos hasta que hace 6 años me propusieron iniciar la delegación de la Alianza Francesa en Nerja.

He de decir que me gustan los retos y desafíos y éste, lo era. Así que con el mismo entusiasmo con que me fui a América Latina, inicié esta aventura. Al principio solo eran unas horas y unos 8 alumnos y alumnas, no sería fácil pero había que intentarlo. Al cabo de 6 años, horas de dedicación y constancia, tenemos 150 alumnos y alumnas y todos los años presentamos unos 60 candidatos a los exámenes.

A lo largo de estos años me formé como examinadora y correctora de DELF-DALF, me asenté en este bello lugar intercultural y cálido y formo parte de una familia que es la Alianza Francesa de Málaga.