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Dicen que es la ilustradora viva más plagiada de nuestro tiempo. Malika Favre ha diseñado portadas e ilustraciones para las publicaciones más importantes del mundo moderno. Miramos la estación del año que se acerca a través de sus ojos.

Malika Favre, o el éxito en la vida

Hay virtud en saber identificar (y admitir) que la máxima expresión de privilegio es no tener que poner nunca el despertador. Malika Favre reconoció en El País que lo ha conseguido: hace cinco años que se despierta cuando se lo pide el cuerpo.

Este cuerpo en cuestión nació en París, en 1982, de una madre que pintaba y que puso empeño en que ella también lo hiciera. A Malika le apasionaba dibujar, pero lo que le decía la experiencia familiar era que los artistas no ganan dinero.

Así que, cuando tuvo edad de estudiar, puso rumbo a las ciencias puras, destino: Ingeniería Cuántica. Pone un pie en el mundo de las decisiones prácticas le bastó para darse cuenta de que tenía que abandonarlo todo y encontrar una escuela de arte en París.

Ilustración de Malika Favre

«Sunshine gets me in the flow» © Malika Favre para WeTransfer

 

Cuando terminó de estudiar en l’École nationale supérieure des arts appliqués et des métiers d’art, se mudó a Londres. Allí descubrió el diseño gráfico, a través de unas prácticas con el estudio Airside (que cerró en 2012), donde, dice, desarrolló su estilo.

De Airside echó a volar sola como freelance, y como se suele decir, el resto es historia.

No se le conocen grandes ostentaciones, además del apartamento ideal y la ropa impecable. Es difícil encontrar información sobre ella que no haya sido cuidadosamente cedida por la misma artista.

Y es que es lógico que cuando una cura y protege con tanto mimo su obra haga lo mismo con su imagen pública.

Formas, color, mujeres y síntesis

Dicen algunos teóricos que todos los artistas son interpretados desde donde ellos quieren que los interpretemos, y que para eso las entrevistas y reportajes son un escaparate a través del cual construir no solo una imagen sino un imaginario.

Ilustración de Malika Favre para DomainHollywood

«Rendez vous» © Malika Favre para Domain Hollywood

 

Si es así, el imaginario que Favre ha construido alrededor de sí misma es uno cuidadosamente seleccionado. De su vida privada se sabe poco o nada, y sin embargo transmite con nitidez la sensación de tener los pies bien puestos en la tierra.

Es fácil envidiarla pero difícil que no caiga bien inmediatamente. Reclama sus orígenes con frecuencia, no le quita mérito a la suerte, y reconoce que el éxito es la capacidad de elegir cuándo trabajas y para quién.

Dice  que empezó a sentirse a gusto en su propia obra cuando se animó a trasladar a la pantalla lo que había en sus cuadernos de sketch: mujeres desnudas y sugerencias eróticas. Pensó en tratar sus ideas desde la perspectiva del diseño gráfico, y jugar con las formas y la síntesis para buscar la mezcla perfecta entre dibujo y logo.

La traducción de todas estas intenciones unos pocos años más tarde es un portafolio lleno de figuras femeninas, estampadas en un estilo único que, sin embargo, parecemos conocer desde siempre.

No es que el estilo de Malika no sea original, es que, de unos años a esta parte, lo hemos visto en todos sitios. Por eso, cuando una se asoma a su portafolio poniendo por fin nombre a una combinación conocida tiene la sensación de leer por primera vez la letra de una canción que ya se sabe de memoria.

Un equipo de abogados defiende a capa y espada los derechos de la obra de Favre cada vez que se usan de forma ilícita. Por lo visto, tienen mucho trabajo.

Ilustración de Malika Favre para The Newyorker

«Bigger Splash» © Malika Favre para The Newyorker

Los veranos de Malika Favre

Al igual que la mayoría de su obra, las ilustraciones veraniegas de esta diseñadora (que ahora, por cierto, vive en Barcelona, dice que por las horas de sol) son sorprendentemente capaces de contar historias.

O, más bien, de pintar postales completas. Playas, piscinas, montañas o terrazas: en todas las escenas se comparten los elementos justos para identificar no sólo una estación del año sino toda la simbología poética y visual que la acompaña.

Una optimización máxima del espacio que usa positivos y negativos en cada contraposición de colores sirve en las ilustraciones de Malika Favre para crear un universo que se expande más allá de los márgenes de la pantalla. Es imposible no imaginarse qué hay más allá del bordillo de la piscina, hacia dónde navega el velero o quién vive en esa terraza.

Ilustración de Malika Favre para islas canarias

«On the draw» series © Malika Favre para la Junta de Turismo de las Islas Canarias

 

En los veranos de Favre hace calor, pero siempre nos los presenta desde un refugio. No hay un sofoco sin escapatoria como al que estamos acostumbrados en el sur. Personajes y lectores están siempre a salvo de la incomodidad, porque ese es el reino que nos regala Malika Favre, y para qué vamos a sufrir en él.