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En Alianza Francesa hacemos hincapié en la comunicación oral en clase, pero eso no significa que no practiquemos la redacción en francés, una competencia casi tan importante. Sylvie Parot, Coordinadora de Pedagogía y Profesora Examinadora de AF Málaga, indaga en la importancia de escribir en francés en este nuevo artículo.

¿Porqué practicar la readacción en francés?

El escrito es muy presente en nuestra vida cotidiana: mandamos mensajes por WhatsApp, comunicamos en las redes sociales, escribimos mails. A veces tengo impresión que comunicamos más por escrito que oralmente hoy en día. Por eso esta competencia es importante desde el nivel A1, probablemente más en la actualidad que hace 20 años.

Escribir moviliza muchos conocimientos tales como la gramática, la ortografía, la sintaxis, la organización del texto… Y por terminar, no olvidemos que escribir es un gesto bonito que podemos hacer por gusto propio, si queremos redactar un diario por ejemplo.

¿Cómo entrenarse a la producción escrita?

A menudo escuchamos a nuestros estudiantes diciendo: “No sé escribir bien, ¡cometo muchos errores!” En realidad no hay estudiante bueno o malo para escribir: están los que adoptan buenas estrategias para mejorar y los demás…

Entonces, ¿qué es una estrategia? Es una “buena práctica” o técnica que nos ayuda para organizarnos, realizar actividades o controlar el resultado de nuestras actividades.

¿Cuáles son las estrategias para progresar?

Entre las estrategias siguientes, preguntémonos cuáles utilizamos a menudo, a veces, nunca.

  1. Leer con bastante frecuencia en francés.Todos lo sabemos: más leemos, mejor escribimos. Con la lectura, ampliamos nuestro vocabulario y aprendemos estructuras de frases.
  2. Trabajar el escrito en pareja. Escribir no tiene que ser necesariamente una actividad en solitario. Entre dos, podemos buscar ideas e intercambiar nuestros conocimientos, comparar y enriquecer nuestras ideas, debatir sobre la mejor estructura del texto, hablar de la construcción de una frase, encontrar sinónimos para evitar las repeticiones, corregir la producción del otro (siempre resulta más fácil encontrar los errores de otra persona que los nuestros).
  3. Pensar en el lector cuando escribimos: Pensar en el destinatario nos obliga a respetar la situación de comunicación e intentar ser lo más claro posible. Hay que hacerse algunas preguntas tales como: ¿A quién me dirijo? Qué tipo de texto tengo que redactar? ¿El lector conoce este ejemplo o tengo que explicárselo? ¿Mi argumento es convincente? ¿Utilizo un tono formal o familiar?
  4. Tener trucos para buscar ideas. Antes de establecer nuestro plan, podemos empezar con una lluvia de ideas, pensar en distintos aspectos de un tema (histórico, económico, social), en sus causas y consecuencias, en la situación en distintos países…
  5. Elaborar un plan. Nuestra producción tiene que seguir un orden lógico a fin de ser claros y convincentes en caso de un texto argumentativo. Puede que por falta de tiempo, no tengamos tiempo por hacer un borrador y será muy difícil añadir luego algo olvidado así que hagamos un esquema. Tenemos que pensar en cuántas partes vamos a dividir nuestro texto.
  6. No pasar por nuestro idioma. ¡Es indispensable escribir directamente en francés! Pasar por la traducción palabra por palabra suele dar escritos bastantes malos.
  7. Empezar sin diccionario. Al empezar una redacción en francés es mejor intentar expresar nuestras ideas con las herramientas lingüísticas que tenemos y sólo luego recurrir al diccionario para comprobar o buscar una palabra concreta.
  8. Revisar con un par de lecturas antes de entregar nuestro escrito. No olvidemos comprobar que hemos respetado la situación, que hemos redactado una conclusión, que hemos respetado el código de una carta (fecha y lugar arriba a la derecha, fórmulas de cortesía al principio y al final) si era el caso. Hay muchos errores gramaticales que se pueden evitar: concordancias, terminaciones verbales, qui/que, contracciones y elisiones, las dos partes de la negación, ubicación de los adjetivos y adverbios, errores de puntuación… En cuanto al vocabulario, hay que comprobar que no se utiliza siempre los mismos términos. Para evitarlo, podemos buscar sinónimos y emplear todo tipo de pronombres.
  9. Pedir ayuda. El profesor está aquí para guiarnos, ¡no dudemos en preguntarle lo que sea! También se puede preguntar a un compañero de clase o a alguien de nuestro entorno cuyo idioma materno es el francés. Además existen foros de entreayuda en Internet que pueden ser muy útiles.

Ideas para practicar la redacción en francés dentro y fuera de la clase

A partir del nivel A2, los alumnos pueden crear su grupo WhatsApp e intercambiar en francés. Dentro de la clase, el profesor puede utilizar este grupo para mandar una tarea a sus alumnos en la cual tendrán que interactuar y ponerse de acuerdo para realizar una acción (elegir una actividad, un regalo, un viaje…).

Es bueno variar los soportes y proponer a veces temas menos clásicos (fotos, reproducciones de cuadros, gráficos, cómics…) y, por qué no, humorísticos, variar los destinatarios (mensaje al vecino, carta formal /informal, página de un diario, artículo para una periódico, opinión en un foro, testimonio…) dar instrucciones y restricciones (un tema preciso, el número de palabras deseadas, unos puntos concretos de vocabulario y/o gramaticales), aceptar puntos de vista que no compartimos y no olvidar hacer un feedback.

La producción escrita suele hacerse en casa, en solitario, pero podemos organizar sesiones rápidas de 7 a 10 minutos en clase: se trata de proponer al alumnado una redacción espontánea sobre un tema muy determinado. En la clase siguiente, podemos hacer un feedback general.

¿Y después de haber entregado el ejercicio de redacción en francés?

La producción “terminada” no significa el final del trabajo. La corrección de los errores y los comentarios constituyen una parte importante del aprendizaje, incluso puede que sea más importante que el proceso de redacción.

Pero cuidado, ¡no es porque haya mucho rojo que sea un trabajo malo! El objetivo de las correcciones es mejorar el estilo y las competencias de los estudiantes. Se trata también de una información importante para el profesor: cuál es el nivel lingüístico del estudiante y sus principales puntos débiles. A través de la producción escrita el profesor se da cuenta de mucho más cosas que a través de ejercicios de gramática o de producción oral: puede evaluar la ortografía, la puntuación, la estructura textual, la coherencia del texto… En resumen, la corrección no implica sólo los aspectos lingüísticos.

Sylvie Parot

Coordinadora de Pedagogía y Profesora Examinadora