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El culto al buen comer y al buen beber se ha mantenido durante siglos de evolución de cocina francesa. Os presentamos algunos de los platos que más se consumen en el país vecino. Bon appétit!

La gastronomía de Francia es una de las más aprecidas internacionalmente. Es punta de lanza de la vanguardia culinaria internacional y grandes chefs portadores de estrellas Michelin conforman una constelación de parada obligatoria para aquellos bolsillos que puedan darse tal lujo.

Sin embargo, la cocina francesa no es sólo la nouvelle cuisin y la compleja cocina de autor (que casi tiene más que ver con la ciencia que con el comer). La más pura tradición se sirve cada día en las mesas de los hogares y bistrós franceses, desplegando una amplia gama de sabores, texturas y olores que hablan del país y de su historia.

Sopa de cebolla, un plato típico de la cocina francesa

Fotografía sacada de Iga

Soupe à l’oignon

La sopa de cebolla, plato sencillo pero sabroso, es una receta emblemática de la cocina francesa. Ha formado parte de ella durante tanto tiempo que casi es imposible conocer con exactitud en qué momento de la historia surge. Según Wikipedia, aparece en la edición más antigua del libro de cocina del siglo XIV, llamado Le viandier, de Taillevent, conservado en la Biblioteca Nacional de Francia.

Este plato caliente de ingredientes y origen humildes es una delicia que trascendió clases sociales. Está hecha con pedazos tiernos y suaves de cebolla inmersos en un caldo de carne junto a pequeñas rebanadas de pan tostado, todo cubierto por una fina capa de queso, generalmente gruyére, que se derrite para volverse crujiente poco después.

Fotografía sacada de Le Monde

Ratatouille

Mucho antes de que Pixar, el gigante de la animación, hiciera que el mundo entero asociara esta palabra con un adorable ratoncillo animado, la ratatouille ya era uno de los platos básicos de la cocina francesa. Concretamente de la zona de la Provenza. Se elabora a base de tomate, ajo, pimiento morrón, cebolla, calabacín y berenjena. Se guisan las verduras y se sirve solo o bien acompañado de pan, arroz, cuscús o patatas o, muy frecuentemente, como guarnición de algún plato de carne o pescado.

Normalmente, es un plato típico de la época estival y, tal y como ocurre en España con el tradicional pisto (por mencionar una receta parecida), no sólo hay una manera de cocinarlo. Hay quien opina que deben cocinarse todas las verduras juntas; otros, defienden que debe hacerse por separado para juntarlas después en la fase final de cocción. Sea como sea, si está bien preparado, el resultado es delicioso y una opción perfecta para vegetarianos.

Un guiso típico de la cocina francesa: el cassoulet

Fotografía sacada de Femme Actuelle

Cassoulet

Seguimos en la zona sur de Francia. Muchos historiadores afirman que la receta del cassoulet surgió durante la Edad Media y varias regiones se atribuyen su invención, como ocurre con Carcasona o Toulouse. No es de extrañar que se reclame el mérito de uno de los guisos más ricos de la cocina francesa.

En este plato de origen occitano, como ocurre con la mayoría de recetas antiguas y populares, se encuentran distintas versiones dependiendo de la zona en la que se elabore. Sin embargo, la base no cambia nunca: alubias blancas y carnes variadas que incluyen cerdo y pato. Obtiene su nombre del recipiente de barro en el que se guisa, la cassole. Se trata de una cazuela cuya forma reparte de manera uniforme el calor y da lugar a un manjar cocinado a fuego lento perfecto para los fríos días de invierno.

Fotografía sacada de La cuisine de Lili

Coq au vin

El gallo es uno de los símbolos nacionales más conocidos de Francia. Su figura está presente en las calles, las veletas de los tejados, la decoración de las casas y también, de manera literal, en la olla. El coq au vin, gallo al vino, es todo un clásico de la gastronomía rural francesa. Su sabor a tradición y a hogar hacen de este guiso una receta de las más valoradas.

De nuevo, varias localidades se disputan su origen, aunque es Borgoña la que parece estar más cercana a él. Este fricassée se elabora guisando la carne de gallo con ajo, zanahoria, patatas o champiñones a fuego lento en una salsa espesa y con cuerpo a base de un buen vino tinto. Sin duda, una comida contundente y llena de sabor.

Fotografía sacada de Pavillon France

Bouillabaisse

La bullabesase es una sopa compuesta a base de pescados de roca y piezas de marisco que, a veces, se sirven enteros. Es una receta típica de la ciudad de Marsella. La leyenda cuenta que originalmente los propios pescadores elaboraban este plato en la playa tras vender en las lonjas el mejor género. Ellos se quedaban con las piezas que se vendían peor para consumirlas con su familia. A menudo utilizaban las piezas de marisco que les quedaban sin vender para enriquecer el plato.

Como ocurre con las recetas más sabrosas, esas que curan todos los males, esta sopa marinera se elabora a fuego lento y se toma, tradicionalmente, con salsa rouille (una especie de mayonesa) y unas buenas rebanadas de pan tostado. Imposible resistirse.