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El mejor croissant de Málaga: conocemos su historia y dónde encontrarlo

Tópicos grastronómicos y culturales ¿se cumplen?

La cultura francófona, como la gran mayoría, están rodeadas de tópicos que a veces son divertidos y otras, otras veces cansan. En el caso de la cultura francesa ocurre lo mismo, y, con toda la razón del mundo, muchos de sus tópicos tienen que ver con la gastronomía, o más concretamente con la repostería. Acompañanos, vamos a hablarte del mejor croissant de Málaga.

¿Quién no ha pensado baguette, pain au chocolat o croissant cuando se hace referencia al país galo? Pero la realidad es que aquellas personas que hayan probado un croissant hecho según la receta y la forma francesa adecuada sabrán que esto va más allá de los tópicos. La repostería francesa (pâtisserie française) es la pastelería típica de este país europeo, considerada una de las más importantes ya que ha influenciado enormemente en otras reposterías del mundo.

Lo bueno de la Alianza Francesa de Málaga es que además de poder aprender francés en sus múltiples cursos, de obtener certificaciones oficiales de nivel del idioma, o de acudir a alguna de las actividades culturales, es un punto físico y virtual que une lo francófono con la ciudad de Málaga.

 

Respostería francesa (de la buena) en Málaga

Y con esta premisa llegamos a 25 Degrés, la boulangerie de moda que puedes encontrar en el centro de Málaga o en Cerrado de Calderón. Su secreto está en la forma de trabajar, siempre con 4 ingredientes cruciales: pasión, tiempo, cariño y esfuerzo. Gracias a eso, consiguen productos de calidad superior que nos acerca a los sabores y aromas del pan de cada lugar del mundo.

En su tienda podrás ver cómo el pan fermenta, se cuece y disfrutar de ese aroma único, el olor de la infancia. Y dentro de toda su oferta de dulces y de panes, hay un gran favorito del gran público: el croissant. Y aunque lo ofrecen de distintos sabores, nosotros apostamos por el clásico, el que, consideramos que es el mejor croissant de Málaga.

Recientemente nos acercamos a Calle Camas a degustarlo, y de paso pudimos hablar con Laurent Grumel, dueño de 25 Degrés, al que le hicimos unas preguntas para acercarnos mejor al universo del croissant, y de la repostería que trabajan.

Cuestionario

¿Qué pan recomendarías al público de Málaga para desayunar? ¿Y para hacer un buen bocadillo?

Para desayunar: Pan de campo natural o pan de campo de semillas (harina semi integral con masa madre de centeno).

Para un buen bocadillo: Recomendó 2 tipos de pan: Baguette (barra) hecho con masa madre de trigo + Bagel.

Sin desvelar ningún secreto importante; ¿cuál es el truco o elemento que hace que un croissant sea único?

Primero es la harina y seguramente la calidad de la mantequilla que vas a elegir, después el proceso de la laminar bien la masa y también la fermentación.

¿Cuántos croissants hacéis al día?

300 por dia.

De todos los productos que ofrecéis, ¿cuál es el que ha conquistado al público malagueño?

El pan de campo, la baguette y el croissant!

Y ¿qué productos de la repostería francófono piensas que son los más desconocidos?

El Kougn-Amann (primo de la palmera, mismo producto pero hecho con masa de croissant).

¿Podrías contarnos brevemente la historia de 25 degrés en Málaga? ¿Cómo nace la idea de desarrollar este proyecto?

Cuando trabajaba en Guinea Ecuatorial, teníamos 4.000 empleados, cada empleado consumía 6 mini baguettes por día y queríamos montar una panadería interna para no depender de las panaderías de allí, y así es cómo hemos desarrollado la idea en Málaga.  Soy francés pero crecí en Marruecos, y siempre quise poder vivir aquí, especialmente después de cada verano de vacaciones en Marbella y Málaga con mi familia. Por eso cuando tuvimos que elegir una ciudad para el proyecto, hemos elegido Málaga por el corazón y también por su proceso de gran desarrollo.

¿Dirías que 25 degrés tiene una filosofía particular?

Nuestra filosofía es: panaderia & pasteleria INTERNACIONAL, productos de calidad, saludables y ecológicos, productos artesanales y un servicio a la imagen de nuestros productos «generoso».

¿Cuál ha sido la respuesta de la comunidad francófona de Málaga?

Muy buena, la gente se muestra feliz de encontrar productos franceses.

Si tuvieras que elegir un tipo de pan… Para el pan, el de campo .

Un dulce… El brownie.

Un snack salado… La focaccia tomate y aceitunas de Kalamata ecológicas.

El aperitivo perfecto para el mediodía… Un bocadillo de atún hecho con nuestra receta artesanal de atún o una de nuestra quiches.

Por último; ¿es posible trabajar con la gastronomía del pan y la repostería sin caer en la tentación constantemente? Es difícil resistir el olor que se percibe cuando uno entra en 25 degrés..

Al principio tienes que probar todo y después de algunos meses tienes que pensar equilibrar y no comer mucho para controlar tu peso aunque la tentación está siempre a tu lado 🙂

Breve historia del croissant

Fue en el año 1683, los soldados otomanes al mando del gran visir Mustafá Pachá, que habían ya conquistado Hungría y todas las naciones que recorre el Danubio, pusieron cerco a Viena, último baluarte en que la Cristiandad mantenía su resistencia a las hordas musulmanas turcas. A pesar de sus repetidos asaltos, éstas no habían conseguido quebrantar la resistencia de los vieneses.

Los turcos decidieron entonces tomarlos por sorpresa y recurrieron a una estratagema. Idearon socavar el terreno, a fin de que una trinchera o corredor pasara por debajo de las murallas, hasta desembocar en el centro de la ciudad. Para no ser descubiertos trabajaban sólo por la noche, pero no se habían percatado de que los panaderos también trabajaban a esas horas. Estos oyeron el ruido que hacían los turcos con las palas y picos, y dieron la voz de alarma.

De manera que los defensores fueron los que sorprendieron a los turcos, obligándoles a levantar el sitio y Viena fue salvada gracias a sus panaderos. Contemporáneamente, la caballería al mando del rey de Polonia Jan (III) Sobiesky completó la obra, y se relegó a los turcos más allá de las fronteras del estado austríaco. El emperador de Austria, Lepoldo I, en recompensa, les concedió honores y privilegios; el derecho de usar espada al cinto fue el más apreciado.

 

Media luna: así se «coronó» al croissant como un favorito

Los panaderos, agradecidos, inventaron dos panes: uno al que le pusieron el nombre de «emperador», y otro, al que llamaron «croissant», o sea «media luna» y «Halbmond» en idioma alemán, como mejor mofa del emblema de los musulmanes turcos.

Los pasteleros vieneses, siguiendo las huellas del croissant, elaboraron otros tipos (¡de entre la infinidad de dulces de los que está compuesta la pastelería vienesa!), siempre de la misma forma como el «Vanillekipfert», un croissant aromatizado a la vainilla. O como el «Mandelbögen» aunque más pequeño pero aromatizado a la almendra. Incluso otros, siempre en forma de media luna: el «Mohnbeugel» una pasta rica de semilla de amapola, mientras que la pasta del «Nussbeugel» lleva nueces y miel.

Desde entonces el croissant invadió Europa y el mundo, hasta que los franceses —no sería el primer caso— lo hicieron «suyo», dándole la nacionalidad y oficializándolo con este nombre. Hay que reconocer que los pasteleros y panaderos franceses lo preparan de maravilla, casi confirmando que sólo ellos lo saben hacer bien, ¡sabroso y crujiente! En efecto, en Francia, por la mañana, eso del croissant es un ritual: no hay «petit déjèuner» en los grandes hoteles, pero también en cualquier brasserie, que no lleve unos croissants en la bandeja, acompañando al café o lo a lo que sea, haciendo a menudo pareja con el brioche, que también éste tiene su leyenda.

 

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