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Charuel y su héroe singular

Con una puesta en escena muy particular, el debut de Hubert Charuel se abre paso entre el drama social y el thriller psicológico.

El debut del director francés formó parte de la Sección Oficial del XXIII Festival de Cine Francés y Francófono de Málaga en 2017. Tras su exitoso preestreno , la cinta se alzó ganadora con el Premio del Público. Un año después llega a las pantallas españolas.

El medio rural ha sido escenario de numerosas películas francesas en los últimos años. Cintas como La ritournelle (2014) de Marc Fitoussi, Médecin de campagne (2016) de Thomas Lilti o Ce qui nous lie (2017) de Cédric Klapisch se desarrollan en amplios entornos naturales que, al igual que en el primer largo de Charuel, son tan protagonistas en las películas como los propios personajes. La tierra, el campo, los animales… son elementos con la capacidad de generar algo parecido a la nostalgia en los espectadores y de convertir casi en utopía la vida agreste.

La combinación de drama naturalista y thriller estaba ahí desde el principio. – Hubert Charuel

En el caso de Petit Paysan (Un héroe singular en España), opera prima del realizador francés, la utopía pronto se torna en algo más cercano a la pesadilla. La película cuenta la historia de Pierre, un joven y solitario ganadero, interpretado magistralmente por Swann Arlaud, cuya existencia gira exclusivamente en torno a sus vacas. Pronto verá su apacible rutina interrumpida al descubrir que una de sus reses está infectada por la letal fiebre hemorrágica dorsal (FHD), epidemia que se extiende irremediablemente por toda Francia. La angustia se apodera del granjero de forma obsesiva. Pierre se verá sobrepasado por las circunstancias y cruzará violentamente algunos límites a pesar de la sensatez que muestra como contrapunto su hermana veterinaria Pascale, a quien da vida la actriz Sara Giraudeau.

Petit Paysan se alzó con tres premios Cesar en 2017: mejor opera prima, mejor actor para Swann Arlaud y mejor actriz secundaria para Sara Giraudeau.

El filme, ganador de tres premios Cesar de la Academia Francesa (mejor opera prima, mejor actor y mejor actriz secundaria) no se desarrolla en una granja cualquiera, sino en la granja de la familia Charuel, donde el cineasta creció y trabajó rodeado de vacas. De hecho, los propios padres del realizador aparecen como personajes en la película. Con todos estos elementos que tan bien conoce, el cineasta nos ofrece un drama rural cargado de suspense, con cierto aire documental, en el que vemos la desesperación y la decadencia de un hombre solitario abocado a perder su medio de vida. “La combinación de drama naturalista y thriller estaba ahí desde el principio”, explicaba el director a la prensa. “Lo que surgió después, al escribir, fue la configuración más concreta del personaje de Pierre como héroe asesino”.

Con este pequeño campesino Charuel ha recolectado tanto críticas positivas como negativas. Sin embargo, nadie querría perderse la evolución de una carrera cinematográfica que acaba de despegar y que seguro dará mucho de qué hablar en el futuro. Hasta entonces podemos perdernos en la granja de Pierre con sus vacas y desconectar, al menos durante 90 minutos, del ruidoso asfalto y de todo lo urbano.

 

La cinta se estrenó el pasado 11 de octubre en España junto con Climax, del controvertido Gaspar Noé, que resultó premiada como mejor película en la reciente edición del Festival de Sitges.

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Tres directoras francesas

El 15 de Octubre se celebra el Día Internacional de las Escritoras con la intención de dar visibilidad al trabajo y la creación de las mujeres en la literatura. En Lien extendemos la iniciativa hasta el cine y os presentamos a tres directoras a las que no hay que perder de vista.

 

La imprescindible Claire Denis cuenta con 13 largometrajes a sus espaldas que la han consagrado como una de las principales directoras de la escena francesa actual. Antes de debutar con Chocolat en 1988 trabajó como asistente de dirección para iconos del cine como Wim Wenders o Jim Jarmusch. Pasó su adolescencia en África, hecho que se ve reflejado en sus películas, llenas de choques culturales y raciales. Entre ellas destacan títulos como Beau Travail (1999), L’intrus (2004) o Les salauds (2013). Denis estudia al ser humano en sus películas. Lo hace físicamente, a través de los cuerpos a los cuales se refiere a menudo con primeros planos; y psicológicamente, escrutando el comportamiento de sus personajes y dejando poco lugar al diálogo. Su última película, High life, enmarcada dentro de la ciencia ficción low cost, es la primera de su carrera rodada en inglés y formó parte de la Sección Oficial en la reciente edición del Festival de Cine de San Sebastián.

 

Tenía ganas de hablar de la infancia, de hacer una película luminosa y dinámica, con una puesta en escena arriesgada. – Céline Sciamma

Céline Sciamma irrumpió por todo lo alto en Cannes de 2007 con su ópera prima Naissance des pieuvres. Más tarde estrenó la laureada Tomboy (2011) y Girlhood (2014). Las tres películas cuentan con una serie de elementos que permiten entenderlas como una trilogía. En todas ellas los personajes son chicas, que luchan por definirse y alcanzar su identidad. Son casi viajes iniciáticos que se desarrollan durante la época estival, con todo lo que aporta de nostálgico el verano. Lo que caracteriza la obra de Sciamma no son los grandes giros argumentales o la acción en la trama, sino un estilo minimalista perfilado en sus películas a través de planos cercanos, atmósferas íntimas y ritmo pausado. La cineasta ya ha iniciado el rodaje de su siguiente trabajo, el filme de época Portrait de la jeune fille en feu, que empezará a rodarse este otoño en Bretaña.

 

Nunca sabré contar historias sobre gente feliz. – Mia Hansen-Love

Como ya hicieron algunos de los grandes del cine francés, Mia Hansen-Love empezó colaborando en la mítica revista Cahiers du Cinéma para dar el salto a la dirección en 2007 con el filme Tout est pardonné. Cinco películas después, entre las que destaca la gloriosa odisea tecno Eden (2014), se puede afirmar que la mirada de Hansen-Love, compuesta por tomas largas y cámara fluida, es única. En su obra se intuye un alto contenido autobiográfico y el gran leitmotiv es, sin duda, la familia. Concretamente, su propia familia, cuyas diferentes figuras se ven reflejadas en cada filme de la realizadora. Otro aspecto clave en su narrativa es el paso del tiempo. La directora explora las relaciones afectivas y el propio crecimiento personal a través de él, lo que dota de mayor profundidad a sus personajes. El pasado mes de septiembre se estrenó en Toronto su última película, Maya, ambientada en la India, y ya tiene en fase de pre-producción su siguiente trabajo.

 

Este año la programación de la Sección Oficial Francófona del Festival de Cine Francés de Málaga ofrece cuatro películas dirigidas por mujeres. Las cintas canadienses Charlotte a du fun de Sophie Lorain y Chien de Garde de Sophie Dupuis; y las francesas Luna de Elsa Diringer y Joueurs de Marie Monge. Ya que octubre es el mes dedicado a las autoras y a las creadoras, ir a ver estas películas resultará una oportunidad perfecta para disfrutar y conocer el universo de estas cuatro cineastas. ¡No te quedes sin entradas!

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El bosque: el pasado siempre vuelve

Cuando hace unos años la ficción televisiva francesa puso sobre la mesa Les revenants, la aceptación mundial resultó casi instantánea. Incluso la industria estadounidense -vieja vara de medir la proyección de las producciones en el viejo continente- la adoptó como suya y replicó el formato trasladando Annecy a British Columbia. Sin embargo, tras una primera temporada brillante -escrita por Emmanuel Carrère-, la segunda perdió pie y, a su conclusión, la producción se dio por amortizada.

Varios años después, y partiendo de unos mimbres similares, Netflix ha incluido en su catálogo El bosque. Una producción francesa de nuevo a caballo entre el suspense y la ciencia ficción -en este caso, con más de lo primero que de lo segundo- en el que la acción se traslada al bosque de las Ardenas: una adolescente desaparece y la búsqueda atropellada por todo el pueblo comienza a levantar todo un entramado de secretos.

Con sólo seis capítulos, El bosque demuestra ser un elaborado artefacto de guión. Con los toques adecuados de artificio -los cliffhungers son marca de la casa-, pero sin regustos tramposos en los tramos finales.

La actriz canadiense Suzanne Clément, habitual de Dolan, protagoniza la nueva serie francesa de Netflix

En sólo seis capítulos, El bosque demuestra ser un artefacto de guión muy elaborado. Con los toques adecuados de artificio -los cliffhungers son marca de la casa-, pero sin regustos tramposos en sus tramos finales.

El fino trabajo actoral, cuyo peso recae particularmente en Samuel Labarthe y Suzanne Clément (en la foto) -habitual en las cintas de Xavier Dolan-, junto a la enigmática Alexia Barlier, destaca sobre una producción por lo demás, muy solvente y ajustada al género. Que no reinventa la rueda, pero tampoco lo pretende más allá de ser una pieza de entretenimiento de primer orden.

Dónde ver El bosque

Tras ser estrenada en Francia en 2017, en España la serie ya está disponible en la plataforma digital Netflix.

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