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Fahim detrás de las cámaras

Fahim fue la película que cerró la reciente XXV edición del FCFM. Tuvimos ocasión de entrevistar a su director, Pierre- François Martin-Laval y a Isabelle Nanty, una de las actrices principales.

Existe cierto prejuicio hacia los cineastas y los actores en general. La imagen que a menudo se tiene de ellos es la de que son seres engreídos o superficiales cuyo trabajo no podemos más que admirar desde la distancia. Precisamente todo lo contrario que encontramos cuando fuimos a entrevistar a Pierre-François Martin-Laval e Isabelle Nanty, director y actriz principal de la película Fahim; personas cercanas, accesibles y educadas con las que se podría hablar durante horas.

Fahim es la conmovedora historia real de un chico obligado a abandonar su Bangladesh natal junto a su padre. Ambos dejan atrás al resto de su familia, su hogar y sus raíces con la esperanza remota de encontrar asilo político. Gracias a su don para el ajedrez, Fahim conoce a Sylvain, uno de los mejores entrenadores de Francia. Entre la desconfianza y el afecto, ambos tejerán una entrañable amistad con los problemas sociales y políticos de los refugiados como nota de fondo.

Isabelle Nanty y Martin-Laval durante la presentación de Fahim durante la clausura del Festival de Cine Francés de Málaga.

Cuando Martin-Laval conoció a Fahim

«Cualquier refugiado tiene detrás una historia digna de ser contada», afirma Pierre-François cuando le preguntamos por el origen de la película. El director se topó con la historia de Fahim por primera vez en televisión y, tan emocionado como intrigado por la epopeya de Fahim, se hizo con el libro que la relataba: Un roi clandestin (2014), que llegó a España bajo el título El rey de Bengala. Vio claro desde el principio que quería contar esta asombrosa historia y denunciar a través del cine las difíciles circunstancias por las que pasan los exiliados que llegan a países europeos.

Precisamente por las connotaciones sociales y políticas de la cinta, y por todas las emociones volcadas en ella, el proyecto ha supuesto un antes y un después a nivel personal tanto para Martin-Laval como para Isabelle Nanty.

La actriz nos contaba que «cuando interpretaba a Mathilde era como si me olvidara de mí misma y lo que quedaba era la vibración humana». En el reparto se encontraban muchas personas que eran refugiados en la vida real, como el propio Assad Ahmed, el niño que da vida a Fahim, no había actuado antes y, como él, muchos de los actores no hablaban francés. Para Nanty «era una responsabilidad adicional representar esta historia de manera verdadera. Ser humilde, no sobreactuar; no actuar de manera falsa ni hacer de esto (refiriéndose a la película) un número ni un espectáculo».

El actor que interpreta al padre de Fahim, Mizanur Rahaman, acababa de llegar a Francia hacía solo dos años y había pasado por muchos obstáculos desagradables. Tanto él como el resto de actores refugiados habían pasado en la vida real por situaciones parecidas a las que interpretaban, por eso sus actuaciones eran tan auténticas. Interpretar junto a ellos supuso para la actriz «un crecimiento real».

Sin embargo, la incorporación de personajes reales no es lo único que aporta verosimilitud a la película de Martin-Laval. Una documentación minuciosa y alargada en el tiempo le llevó a encontrar localizaciones verdaderas que han sido el escenario de numerosas escenas, como por ejemplo la comisaría o los campeonatos de ajedrez, donde también jugadores auténticos se incorporaron a la película. «¡Hasta el intérprete terminó teniendo un papel!» exclamaba con sentido del humor el director.

El ajedrez, protagonista indiscutible

Fahim resulta ser un jugador de ajedrez excepcional. Le preguntamos a Martin-Laval hasta qué punto, desde la parte puramente técnica, le supuso un reto reflejarlo en su película. «Desde el principio tuve que claro que quería que la película tuviera un matiz deportivo, de competición». Los planos estáticos de las miradas, las manos y el tablero consiguen traspasar la pantalla y generar tensión en la butaca del espectador; «la emoción tenía que ser verosímil de un plano a otro, buscaba secuencias creíbles emocionalmente».

«El ajedrez, intuyo, se basa en la anticipación», añade Isabelle Nanty, «y esto entra en contraste con la situación totalmente descontrolada que vive Fahim, que no puede anticipar lo que le va a pasar.» Esta diferencia se aprecia también técnicamente. En las escenas de ajedrez todo es más pausado y se basan en lo mental, mientras que todo lo que sucede en el exterior, fuera de los torneos, es mucho más dinámico, rápido e impredecible.

Sobre Assad Ahmed

Encontrar al actor que diese vida a Fahim en la ficción no fue tarea fácil. Después de siete meses de casting no daban con el perfil que estaban buscando hasta que vieron por casualidad al pequeño Assad. El chico ni siquiera estaba allí para pasar la prueba; tan solo iba acompañando a su primo que resultó ser demasiado mayor para interpretar a Fahim. Aquel muchacho tímido de grandes ojos castaños poco podía imaginar que él terminaría protagonizando la película.

Encontrar a Assad Ahmed después de siete meses de casting tuvo algo de milagroso. Vi cierto brillo en su mirada. Pierre-François Martin-Laval

Ahmed acababa de llegar a Francia con su padre, a quien justo le habían dado asilo político hacía pocas semanas. No hablaba el idioma y ni siquiera sabía lo que era el cine francés. Lo poco que le sonaba de la industria cinematográfica eran escenas aisladas de películas de Bollywood. Pero el director tuvo claro desde el principio que era perfecto para interpretar a Fahim. «Vi algo en su mirada que me hizo saber que tenía que ser él», nos aseguraba Martin-Laval.

Al pequeño Assad le costó bastante en un principio, pero tan pronto como consiguió meterse en el papel reveló un talento innato para la interpretación que dejó a todo el equipo gratamente sorprendido. Disfrutaba siendo actor y su personalidad, un poco orgullosa y hasta desafiante en ocasiones, fue el plus perfecto para darle carisma al personaje durante las competiciones de ajedrez.

Química en el set de rodaje

La amistad entre Nanty y Martin-Laval tiene ya más de 30 años. Ambos comparten un bagaje profesional en común que se remonta a los años 80, cuando crearon el proyecto teatral Les Robin des Bois. La complicidad que existe entre ellos es tangible y se intuye desde el primer momento. Conocerse a fondo siempre facilita las cosas durante el rodaje, a pesar de estar inmersos en un equipo de personas muy amplio y variado.

Una de ellas era el mítico actor francés Gérard Depardieu, que da vida a Sylvain Charpentier, uno de los mejores entrenadores de ajedrez de Francia. «A Depardieu le entusiasmó el proyecto desde el principio y se involucró totalmente en él. Le interesaba la historia real de Fahim», nos aseguraba el director. «Supe que tenía que ser él quien interpretase este papel cuando conocí al verdadero Sylvain en persona. Ambos tienen características parecidas y una complexión física igual de imponente; y ambos son de esas personas que en apariencia son duras y distantes, pero basta con rascar un poco en la superficie para encontrar un corazón enorme. Fue un lujo contar con él para la película».

Pierre-François es una persona muy sensible que se indigna con facilidad. No me sorprendió que se interesara por hacer cine social porque siempre le ha interesado. Isabelle Nanty

Cine para remover conciencias

Fahim en absoluto es una película panfletaria o que pretenda adoctrinar al espectador, de hecho está más cerca de una historia de superación tierna y conmovedora. No obstante, sí que retrata de manera natural y veraz un problema social y político que se vive diariamente en Europa: el drama de los refugiados.

Tanto para Martin-Laval como para Nanty, rodar esta película ha significado una experiencia enriquecedora no solo a nivel profesional, sino también a un nivel más íntimo y humano. Los ha puesto en contacto con una realidad a la que eran ajenos antes de sumergirse en este proyecto y ambos agradecen haberlo hecho. Los dos tienen claro que quieren seguir explorando la línea del cine social. «Ahora me siento más capaz para continuar por este camino», asegura Martin-Laval, aunque, tanto en su caso como en el de Nanty, será difícil que se alejen totalmente de la comedia que ha caracterizado la carrera de ambos desde sus inicios y que, por supuesto, también está presente en Fahim.

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Céline Sciamma incendia el Festival de Cine Francés

Retrato de una mujer en llamas, el último trabajo de la directora de cine francesa Céline Sciamma, se incorpora a la programación de la XXV edición del Festival de Cine Francés de Málaga.

Portrait de la jeune fille en feu es la cuarta película de la realizadora y guionista Céline Sciamma, cuyo nombre ya resuena bien alto entre las esferas del cine europeo. Su debut en la Sección Oficial del pasado Festival de Cannes le ha valido el Premio al Mejor Guión y ha captado la atención de público y crítica con este espectacular y rompedor drama de época.

Retrato de una mujer en llamas forma parte de la Sección Oficial del XXV Festival de Cine Francés de Málaga y se proyectará el 18 de octubre a las 22:00h en el Cine Albéniz

Desde que debutara en la escena cinematográfica en 2007 con Lirios de agua (Naissance des Pieuvres), Sciamma ha servido de fuerza impulsora del cine francés y ha cultivado una admirada reputación por sus exploraciones alrededor del género (Tomboy, 2011) y por mostrar lo femenino desde un prisma reivindicativo (Bande de filles, 2014).

La mujer en llamas de Céline Sciamma

Retrato de una mujer en llamas nos lleva a la Bretraña del siglo XVIII. Allí conocemos la imposible historia de amor de una pintora, Marianne (Noémie Merlant), encargada de pintar el retrato matrimonial de Heloïse (Adèle Haenel), una joven que acaba de dejar el convento y que no acepta su destino como mujer casada. Se niega a posar para que la retraten, por lo que Marianne debe trabajar en secreto y para ello se hace pasar por dama de compañía. La observa de día para pintarla de noche. La intensidad de los momentos que viven juntas antes de la boda de Heloïse será cada vez mayor y la relación entre ambas se irá volviendo más y más profunda.

A Sciamma le interesa contar con este filme el proceso gradual del enamoramiento que surge entre las dos mujeres de manera natural, poco a poco. Ambas van descubriendo paulatinamente una atracción física e intelectual narrada con delicadeza desde una elegante puesta en escena en la que los planos preciosistas y la luz también son protagonistas. La película, todavía inédita, forma parte de la Sección Oficial del Festival de Cine Francés de Málaga organizado por la Alianza Francesa de Málaga.

Impulsora del movimiento 50/50×2020

Cuando en Hollywood explotó la bomba Weinstein, su onda expansiva alcanzó Europa. Céline Sciamma, junto a la también directora de cine Rebeca Zlotowski, recogió el testigo de sus compañeras estadounidenses y crearon el proyecto 50/50×2020, un nuevo movimiento de paridad de género en la industria cinematográfica francesa.

La plataforma se ideó tras una inspiradora reunión secreta del grupo Time’s Up a la que ambas asistieron en noviembre de 2018. El objetivo era crear un grupo homólogo en Francia que pusiera en evidencia las deficiencias de un sector en el que la mayoría de puestos directivos y altos cargos están copados por hombres.

50/50×2020 fue lanzado durante el Festival de Cannes y consiguieron que Thierry Frémaux, delegado general del Certamen; Édouard Waintrop, director artístico de la Quincena de Directores; y Charles Tesson, director artístico de la Semana de la Crítica de Cannes, firmaran el compromiso de compilar estadísticas sobre el género de los cineastas y miembros clave del equipo de películas enviadas a Cannes. También prometieron mejorar la transparencia en torno a sus procesos de selección al enumerar públicamente a los miembros de sus comités de selección y programación, y trabajar hacia la paridad en sus juntas ejecutivas.

Valeria Golino, Adele Haenel, Celine Sciamma, Noemie Merlant y Luana Bajrami, directora y actrices de Portrait de la Jeune Fille en Feu. (Photo by LOIC VENANCE / AFP)

La mujer creadora en la industria y en el Festival

La programación de la XXV edición del Festival de Cine Francés de Málaga no es ajena a la realidad de la Industria y se compromete con la idea de dar visibilidad a la creación de las mujeres apostando por películas firmadas por directoras, atendiendo especialmente a la calidad técnica y artística de su trabajo. Con la incorporación de la cinta Retrato de una mujer en llamas, el nombre de Céline Sciamma se une a los de Julie Gayet, Monia Chokri, Claire Burger, Salima Sarah Glamine, Julie Bertuccelli y Marie Losier, sumando un total de siete directoras de cine que presentan película este año.

Pero este no es el único elemento del Festival relacionado con la paridad, la reivindicación del trabajo de la mujer cineasta y la necesidad de igualdad de condiciones laborales y económicas en el sector. Durante la fiesta de inauguración, que será el próximo 11 de octubre en los jardines de la Térmica a las 20:00, se proyectará el documental FilmmakErs dirigido por Julie Gayet y Mathieu Busson. La película forma parte del proyecto Cinéast(e)s con el que Gayet entrevistó a numerosas directoras francesas para poder plasmar un retrato común del lugar que ocupaban como cineastas. Con FilmmakErs repite el mismo proceso, pero de manera global. Entrevista a mujeres por el resto de Europa y llega hasta África y Asia. Sin duda se trata de un documento nunca antes registrado que merece la pena conocer.

Os animamos a que nos acompañéis durante la inauguración del Festival en La Térmica dónde, además de abordar todos estos asuntos tan necesarios y actuales, podremos disfrutar de la música en directo de Lous & The Yakuza, producida por El Guincho, y el rapero hispano-marroquí Morad (concierto para mayores de 16 años). Será el pistoletazo de salida perfecto para toda una semana dedicada al cine y a la cultura francófona.

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¡Bienvenidos a la XXV edición del Festival de Cine Francés de Málaga!

Del 11 al 18 de octubre podremos disfrutar de una semana dedicada al cine y la cultura francófona con la XXV edición del Festival de Cine Francés de Málaga organizado por la Alianza Francesa de Málaga.

Arranca una nueva edición de nuestro Festival de Cine Francés, que este año, además, celebra su 25 aniversario. Esta misma mañana el certamen se ha presentado oficialmente en la sede de Málaga de la Alianza Francesa contando con las intervenciones de Noelia Losada, concejala del Área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Málaga; Yolanda Guadamuro, coordinadora de La Térmica; y Hédi Saïm, director de la Alianza Francesa y del Festival.

«El Festival de Cine Francés sigue existiendo y creciendo gracias al gran apoyo del Ayuntamiento de Málaga. Pero también es muy importante destacar nuevas colaboraciones como las de Cervezas Alhambra, que participa con la fiesta de cumpleaños del Festival en La Térmica, o la de Sony/ATV Music Publishing, que presentará a dos nuevos talentos musicales francófonos que darán mucho que hablar» Hédi Saïm, director del Festival

Durante todo este tiempo de evolución, el Festival de Cine se ha consolidado como uno de los elementos más importantes de la agenda cultural malagueña hasta convertirse en la cita ineludible que es hoy. Con el objetivo de promocionar la cultura francófona a través del cine, la Alianza Francesa de Málaga une sus fuerzas un año más con las del Cine Albéniz, La Térmica, el Centre Prompidou Málaga, el Contenedor Cultural de la UMA, y el Centro Cultural MVA para llevar el acento francés a todos los rincones de la ciudad. Pero también lo hace con TV5 Monde, el Festival du Film Francófono de Angulema, el Festival Premiers Plans de Angers y el Institut Français con los que presentará películas en exclusiva en España durante toda la semana de Festival.

Llévame directamente a la programación del festival

Fiesta de inauguración

Cumplir 25 años no es algo que ocurra todos los días, por eso, para esta edición vamos a celebrar un aniversario por todo lo alto en los jardines de la Térmica. El 11 de octubre dará comienzo el Festival de Cine Francés con unos invitados muy especiales que ya son amigos del Festival, pues es la segunda vez que participan activamente en él. Se trata de la directora Julie Gayet y el director Mathieu Busson que presentan el documental FilmmakErs, dirigido por ambos, que es la tercera parte de su proyecto conjunto Cinéast(e)s. En ella entrevistan a más de veinte directoras del cine internacional sobre la posición de las mujeres en esta industria. El Festival de Cine Francés de Málaga, junto al Festival de Cine en Español de Málaga hicieron posible la entrevista de la directora y productora española Isabel Coixet para este proyecto, donde comparte pantalla con Susan Sarandon, Agnès Varda, Justine Triet, entre otras.

Es un símbolo importante para nosotros abrir el Festival con esta pieza, ya que no nos centramos solo en las proyecciones, sino que conectamos a profesionales de la industria del cine francófono y español para la creación y el desarrollo de proyectos necesarios Hédi Saïm, director del Festival.

El evento será gratuito y abierto al público y contará, además, con los conciertos de dos nuevos talentos de la música independiente: Lous & The Yakuza, producida por El Guincho, y el rapero hispano-marroquí Morad (concierto para mayores de 16 años). Después de esta gran celebración nos espera toda una semana dedicada al cine y a la cultura francófona con una programación muy cuidada que ya se puede consultar en la web del festival.

Invitados

Uno de los aspectos del Festival que más disfrutamos tanto organizadores como espectadores, es poder contar con la presencia de personalidades relacionadas con la cultura cinematográfica que vienen a presentar sus trabajos o a participar en mesas de debate. Este 2019 el Festival de Cine Francés cuenta con Maurice Barthélémy como padrino. El actor, director y productor de cine y televisión, que reside entre la provincia de Málaga y París es el nexo que une el Festival con personalidades y profesionales del cine francófono, y además, acompañará a los actores Pierre François Martin Laval e Isabelle Nanty al preestreno de su última película ‘Fahim’ (estreno en Francia el 16 de octubre) que clausurará la sección oficial el 18 de octubre. Los tres fueron compañeros en la compañía teatral cómica “Les robins des bois” famosa por sus apariciones en Canal+ o en películas como ‘Asterix y Obelix misión Cleopatra’.

También se contará con la visita de Thomas Solivérès y Lucy Boujenah, actores principales de ‘Edmond’ (Francia, 2019). Además, Solivérès presentará en el marco de las proyecciones escolares la película ‘Les aventures de Spirou et Fantasio’ (Francia, 2018).

Sección Oficial del Festival de Cine Francés

Este año la Sección Oficial francófona, del 12 al 18 de octubre en el Cine Albéniz, presenta un total de diez largometrajes francófonos en pre-estreno. Dentro del programa encontraremos ‘Le chien stupide’ (estreno en Francia el próximo 30 de octubre), que se anuncia como una de las comedias más taquilleras de final de este año, dirigida por Yvan Attal y protagonizada por Charlotte Gainsbourg.

También, varias películas premiadas por el jurado de Cannes, como la cinta ‘La femme de mon frère’ (Quebec, 2019) dirigida por Monia Chokri, una de las actrices fetiche del joven Xavier Dolan, ‘Les Miserables’ (Francia, 2019), dirigida por Ladj Ly, o la última película de los directores de ‘Intocable’, Olivier Nakache y Eric Toledano: “Hors Normes”, que clausuró el Festival de Cannes 2019 y que protagoniza Vincent Cassel. De Quebec (Canadá) al Congo, pasando por Bélgica, el certamen proyectará distintas cintas francófonas como “La miséricorde de la jungle” (Rwanda, Bélgica, Francia) o “Pour vivre heureux” (Bélgica, Francia). La mayor parte de estas cintas se preestrenarán en España antes que en Francia, gracias al Festival.

Cortometrajes y Documentales

A la programación del festival se suma la proyección en La Térmica de tres documentales de diferentes temáticas que cuentan la historia de tres personas con unos destinos increíbles. Es el caso de ‘Dernières Nouvelles du Cosmos’ (Francia, 2016), dirigida por Julie Bertolluci, que cuenta una historia extraordinaria de superación; ‘Libre’ (Francia, 2018) de Michel Tosca, que durante tres años fue testigo de las fronteras legales que los habitantes de La Roya se encontraron a la hora de acoger a refugiados. El documental recibió la Mención Especial «Oeil d’or» en el Festival de Cannes en 2018. ‘Cassandro The Exotico!’ (Tunisia, Francia, 2018) dirigida por Marie Losier, que clausurará esta sección, nos cuenta la reinvención de un transformista de lucha libre mexicana después de 26 años de profesión, y será la encargada de cerrar las proyecciones de este programa.

Fotograma del documental Libre!

Por otro lado, seguimos apostando por los jóvenes creadores y los cortometrajes. Hemos seleccionado 7 cortos que podrán verse el 15 de octubre en el Centro cultural MVA. En esta ocasión, la Alianza Francesa propone un programa que nos acerca a historias de entornos desfavorecidos, cuestiones sociales, aventuras y humor. El corto ‘Sonrisita’ (Francia, 2019), que nos habla sobre el divorcio en un tono divertido, abrirá este programa después de haber sido ganador en el 48h Film project en Orlando y de haber recibido el Premio Especial del jurado en el Festival Cinéma en Liberté. A él le seguirán ‘Arthur Rambo’ (Francia, 2018), Mejor Corto Internacional en Manchester Film Festival; ‘La convention de Genéve’ (Francia, 2016), Premio del Público en el Festival Internacional de cortometrajes de Bruselas; o ‘Nefta Football Club’ (Tunisia, Francia, 2019), Premio del Público y del jurado en Aspen Shortsfest.

También se podrá ver ‘Les Indes Galantes’ (Francia, 2018), un cortometraje que nos habla del krump, un tipo de baile que una la cultura urbana con la música de Rameau en el París de 1995. ‘Aïssa’ (Francia, 2014), una cinta sobre la inmigración en Francia, que recibió mención especial del jurado en el Festival de Cannes. Finalmente, ‘Goliath (Francia, 2017) cerrará este programa con una historia sobre amor adolescente y redes sociales.

Homenaje a Costa-Gavras

Así como ocurrió en la pasada edición de 2018 con el genio del cine polar Jean-Pierre Melville, este año también se rinde homenaje a un director de cine imprescindible. Se trata del cineasta franco-griego Costa-Gavras (Grecia, 1933), cuya trayectoria cinematográfica destaca no solo por su calidad técnica y artística, sino también por su compromiso político y social llevado a la gran pantalla y que hizo de sus películas herramientas de transformación social y movilización de conciencias.

El Centre Pompidou Málaga será el lugar elegido para la proyección de la ópera prima del director, con la que abrirá esta sección el lunes 14 de octubre; “Compartiment tueurs” (1965) es una película franco-italiana, adaptación de una novela de Sébastien Japrisot, con referencias al cine policiaco de Clouzot o Melville. El miércoles 16 de octubre se proyectará “Z” (1969), probablemente la obra más importante del autor hasta la fecha; esta adaptación de libro de su compatriota Vassilis Vassilikos cuenta la historia del asesinato de un griego liberal cometido por las autoridades del país, regido por la corrupción. Esta cinta ha sido la más premiada de su carrera; además supone un punto de partida en el género policiaco y político del que muchos otros autores se verían influenciados posteriormente.

Por último, el jueves 17 de octubre, el homenaje concluirá con “L’aveu” (The confession, 1970), una obra militante con la que el director denuncia los juicios estalinistas y las torturas que sufrían los presos políticos a los que obligan a reconocer hechos no acontecidos

Más allá de la pantalla

La programación de este año se completa con actividades paralelas de teatro, stand up, una exposición y proyecciones escolares. El Contenedor Cultural de la Universidad de Málaga colabora con el Festival por tercera vez consecutiva, y lo hará este año con la representación de la pieza “Né quelque part” de Tolgay Pekin y Aina Tomàs (actores) y Gaëlle Menard (directora). El toque de humor lo encontraremos en el Centro Cultural MVA que será escenario del espectáculo resultante de la colaboración de este Festival con MHB Producción y el famoso teatro parisino Le point virgule el 15 de octubre.

Por otro lado, no podemos olvidar las sesiones escolares con las que los más pequeños vuelven a tener un lugar destacado en el Festival. Se han programado cuatro preestrenos de largometrajes que podrán verse en el Cine Albeniz, Centro Cultural MVA y La Térmica con más de 60 pases. El Festival acogió a más de 11.000 alumnos en su pasada edición, y prevé llegar a los 14.000 este año.

Finalmente, desde el pasado 12 de septiembre y hasta el 12 de enero 2020 se puede visitar en la sala de exposiciones de la Alianza Francesa de Málaga la muestra “L’été dernier”, del artista francés Edouard Taufenbach. Esta exposición nace del trabajo del artista junto el director de cine Sebastien Lifshitz, ganador de un Premio César por su documental ‘Les invisibles’, proyectado en 2012 en el Festival de cine francés en Málaga.

Un Festival de Cine a la altura de sus espectadores

Desde Alianza Francesa queremos agradecer a todas las Instituciones y entidades colaboradoras su participación en el certamen. Pero, sobre todo, queremos dar las gracias a todas las personas que asisten y participan en las actividades. Sin los espectadores, el Festival de Cine Francés de Málaga no sería posible.

Merci beaucoup!

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Homenaje a Costa-Gavras en la XXV edición del Festival de Cine Francés y Francófono de Málaga

Celebramos 25 años de cine en francés homenajeando a Constantin Costa-Gavras, cineasta franco-griego cuya extensa filmografía destaca no sólo por su calidad, sino también por su compromiso social.

Hasta mediados de septiembre no podemos desvelar la programación oficial de la vigésimo quinta edición del Festival de Cine Francés de Málaga, que tendrá lugar del 11 al 18 de octubre en diferentes espacios de la ciudad (La térmica, el Centre Pompidou Málaga y, por supuesto, el Cine Albéniz). Sin embargo, sí que podemos daros un avance: este año dedicaremos el Festival a la inigualable figura del cineasta francés de origen griego Costa-Gavras; un reconocimiento que nace de la habitual colaboración con el Festival Premiers Plans de Angers.

El cine según Costa-Gavras

Konstantinos Gavras, llamado Costa-Gavras, es un director de cine franco-griego, nacido en Lutra-Iraias (Atenas) en 1933. Sus primeros años los dedicó al thriller político y al drama social, mientras que en la posterior etapa de su carrera se ha volcado más en la ficción social. Sus películas han destacado siempre por el compromiso político e ideológico que deja patente en cada una de ellas, convirtiéndolas así en herramientas de transformación social y de agitación de conciencias.

Ganador de múltiples premios Oscars, BAFTA o del Festival de Cannes entre otros, Costa-Gavras siempre ha trabajado con figuras internacionales a lo largo de su trayectoria, como Jorge Semprún, Dustin Hoffman, John Travolta o Jean-Louis Trintignant. Por otra parte, como buen amante de la Literatura (carrera en la que se licenció en su juventud), ha adaptado al cine algunas obras literarias de autores como Vassilis Vassilikos (“Z”, 1969), Romain Gary (“Clair de femme”, 1979) o Thomas Hauser (“Desaparecido”, 1982).

Proyecciones en el Centre Pompidou de Málaga

Como ya viene siendo tradición, el homenaje tendrá lugar en el Centre Pompidou, donde se proyectarán tres de las películas más importantes del director. A continuación os dejamos las fechas e información sobre las mismas:

14 de octubre

Será la ópera prima de Costa-Gavras la que inaugure la sección. Se trata del filme Los raíles del crimen (Compartiment tueurs, 1965). Una película franco-italiana con un reparto coral adaptada de una de las novelas de Sébastien Japrisot. En ella se pueden observar referencias al cine polar de Clouzot o Melville (protagonista homenajeado en la anterior edición del Festival).

La cinta cuenta la historia de seis personas que comparten un coche-cama durante el trayecto en tren desde Marsella a París. La situación se tensa cuando uno de ellos aparece asesinado y la policía comienza a investigar el crimen. En el 66, esta película estuvo nominada a los BAFTA y fue premiada como Mejor Película Extranjera en los National Board of Review.

16 de octubre

No podíamos prescindir de la que probablemente sea la obra más importante del autor hasta la fecha: Z (1969). De nuevo se trata de una adaptación literaria, en este caso del escritor griego Vassilis Vassilikos, en la que se denuncia el asesinato de Grigoris Lambrakis, un diputado griego de izquierdas y pacisfista. Cuando el asesinato es encubierto por las autoridades del país, un joven magistrado a quien encargan la investigación del caso comienza a indagar y a sacar trapos sucios.

Esta cinta ha sido sin duda una de las más laureadas de su carrera. Consiguió con ella numerosas nominaciones y premios, incluyendo dos Oscars. Además, supuso el inicio de su inmersión en el género policiaco y político del que muchos otros cineastas se han visto influenciados posteriormente.

17 de octubre

La cinta La confesión (L’aveu, 1970) será el cierre y broche final del homenaje a Costa-Gavras. Después del éxito de Z, el director continuó explorando en la denuncia y representación del totalitarismo. Con esta obra militante, el franco-griego denuncia los juicios estalisnistas y las torturas que sufrían los presos políticos a los que obligan a reconocer hechos no acontecidos durante el famoso Proceso de Praga de 1952.

El filme, que estuvo nominado a los Globos de Oro en la categoría de Mejor Película Extranjera, no habría sido posible sin la implicación de Yves Montand y Simone Signoret (actores protagonistas), debido a las presiones comunistas francesas a las que tuvo que hacer frente.

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The Sisters Brothers, western en estado de gracia

La octava película de Jacques Audiard es, a su vez, la primera que rueda en inglés. ‘The Sisters Brothers’, un western fascinante estrenado el pasado mayo que ya es una de las cintas imprescindibles del 2019.

(Aviso: en este artículo se revelan algunos detalles de la trama, pero no te impedirán disfrutarla ni desvelan grandes acontecimientos)

Durante la primera mitad del siglo XX, las carteleras de cine estaban copadas por películas del oeste. El western era el género americano por excelencia y se extendió como la pólvora por el resto de continentes. Pronto todo el mundo vio cabalgar por llanuras polvorientas a John Wayne o a Clint Eastwood en películas que ya forman parte del patrimonio cinematográfico de la humanidad. Pero el momento de gloria de pistoleros y forajidos llegó a su fin dando paso a otros protagonistas.

Sin embargo, lejos de estar extinto, el western es un género al que se vuelve con cierta regularidad. En los últimos años directores aclamados como Tarantino o los hermanos Coen (por citar sólo un par de ejemplos) han reinventado la narrativa del lejano oeste pasándola por un filtro del siglo XXI para explorar sus mitos desde diferentes ópticas más cercanas al existencialismo que a los duelos con pistolas al amanecer.

Nunca pensé que dirigiría un western, porque es un género casi vetado para un director francés. Sin embargo, el hecho de que fuera un actor estadounidense el que nos ofreciera el proyecto creo que nos legitimaba Jacques Audiard

A la larga lista de westerns contemporáneos se suma The Sisters brothers (Les frères Sisters, 2018), el último filme de Jacques Audiard, conocido por dramas humanistas como la excepcional Un profeta (Un prophète, 2009) o De óxido y hueso (De rouille et d’os, 2012). El francés se ha basado en la novela homónima del novelista canadiense Patrick deWitt, aunque hacerlo no fue exactamente idea suya. Fueron el actor John C. Riley y la productora Alison Dickey quienes, tras un encuentro con el realizador en el festival de Toronto, sedujeron a Audiard para llevar al cine la novela. En principio se comprometió, al menos, a leerla; pero debió intuir el potencial del texto porque aceptó el reto y escribió junto a Thomas Bidegain, su guionista cómplice, uno de los mejores guiones de los últimos años.

The Sisters Brothers: todo por el oro

Es el año 1851 y los hermanos que dan título a la película son Eli (Jonh C. Reilly) y Charlie (Joaquin Phoenix), un par de cazarrecompensas que trabajan para un hombre rico y poderoso conocido como el Comodoro en plena fiebre del oro. Los dos en equipo hacen el trabajo sucio, que básicamente consiste en liquidar a mucha gente. Charlie es un hombre impulsivo y violento que se siente cómodo con este trabajo y disfruta de la reputación que los hermanos se han ganado a pulso. Por otra parte, Eli, mucho más sensible y razonable, está cansado de este estilo de vida y anhela una existencia tranquila y más sencilla.

Ambos siguen las pistas de un detective llamado John Morris (Jake Gyllenhaal), un hombre culto y educado que también trabaja para el Comodoro. Su tarea es dar con Hermann Kermit Warm (Riz Ahmed), químico que ha encontrado la clave para detectar el oro rápidamente en el agua. Pero Morris y Warm son espíritus afines y le complicarán el trabajo a los Hermanos Sisters, que cabalgan desde Oregon hasta San Francisco para dar con ellos.

Todo lo que el western de Audiard no tiene de western

No hay que perder de vista el hecho de que un director francés haciendo una de vaqueros ambientada en Norteamérica es una rareza. Si pensamos en el cine galo difícilmente lograremos relacionarlo con el lejano oeste. Sin embargo, Audiard consigue una historia bien contextualizada que no desentona estéticamente con los cánones del género. No obstante, gracias a la magia del cine, nadie del equipo pisó suelo americano durante el rodaje. Los majestuosos escenarios naturales que vemos en la cinta y que se convierten en poesía pura a través de la fotografía de Benoît Debie, pertenecen a diferentes lugares de España y Rumanía.

El de Audiard es un western crepuscular. Su historia narra el final de una época. Los forajidos y las ciudades sin ley deben dar paso a la civilización. Las primeras grandes ciudades se adaptan a su propio bullicio y elementos cotidianos como un simple cepillo de dientes adquieren la naturaleza de descubrimiento insólito. El humor –negro– forma parte de esta narración. Se hace presente en su justa medida sorprendiendo al espectador con su propia sonrisa cómplice compartida con los personajes.

Si bien algunos momentos de la trama y algunas escenas parecen muy típicas de un western de acción, la impronta del director los dota de toda singularidad. Los tiroteos están elegantemente ocultos en la oscuridad lógica de una noche cerrada, entre las ramas del follaje en la orilla de un río o bien se perciben desde el interior de una habitación; nos llega el sonido y es más que suficiente. La violencia y los asesinatos, a pesar de estar en la rutina de Charlie y Eli, están situados en un segundo plano. Donde Audiard quiere que nos fijemos es en la relación entre los dos hermanos, en los traumas y la oscuridad que arrastran y, sobre todo, en las diferencias que los separan.

Pero esta no es la única relación que explora el director en The Sisters brothers. La que se establece entre Morris y Warm, captor y capturado, surge después de un violento forcejeo y algunas conversaciones a cara descubierta. La afinidad entre ambos se basa en el idealismo y la fe compartida en la civilización y la paz. Warm, como una especie de mesías o de visionario, convence con sus argumentos al detective, que, como el resto de personajes, aspira a algo mejor. Ambos se aferran a la idea de fundar una ciudad libre en la que la igualdad entre hombres sea una realidad y unen esfuerzos para ello.

Creo que, en general, esta es mi película más luminosa y optimista. Necesitaba alejarme un poco de la oscuridad. Jacques Audiard

Un reparto a la altura del guión

Cierta melancolía se cierne sobre los cuatro personajes de principio a fin. Audiard logra solventemente contrastarla con la violencia del filme sin que llegue a chirriar. Pero este éxito también corresponde a los actores. Un reparto en estado de gracia en el que John C. Reilly -que también produce- brilla con luz propia y se muestra como una fuente de fragilidad, humanidad –sí, a pesar de los asesinatos– y nobleza con la que es imposible no empatizar. Joaquin Phoenix, por su parte, misterioso, atormentado, soberbio; equilibrando la balanza.

Ambos actores están cómodos con sus personajes y también lo están entre ellos. La química de los protagonistas se hace tangible y además se potencia con las intervenciones de Jake Gyllenhaal y Hermann Kermit Warm. Un casting más que acertado con intérpretes carismáticos y entregados a quienes queremos acompañar durante los 121 minutos de metraje, sobre todo si es con la magnífica -y sorprendente- banda sonora de Alexandre Desplat de fondo.

Con The Sisters Brothers Audiard sigue deconstruyendo géneros cinematográficos y vuelve a exponer su esencia; aquella que nos dejó pegados a la butaca con Un profeta. La esencia con la que consigue que la película no abandone nuestros pensamientos ni nuestra retina durante días. No sólo os recomendamos ver la película, os recomendamos verla, al menos, un par de veces.

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Festival de Cine Francés de Málaga

La Nouvelle Vague

La Nouvelle Vague significó la ruptura con las convenciones del cine tradicional francés. Sus directores cambiaron el rumbo del cine para siempre.

A mediados de la década de los cincuenta, las corrientes cinematográficas europeas competían a duras penas con las superproducciones que llegaban desde Hollywood. Sólo lo conseguían a través del estilo; aportando una nueva mirada en un mundo en el que no era fácil innovar. En aquella época Francia asistía a una serie de cambios políticos, sociales y culturales que propiciaron la aparición de uno de los movimientos artísticos más revolucionarios del cine francés: la Nouvelle Vague.

El fundador de la revista Cahiers du Cinema, André Bazín, lideró este movimiento acompañado de un grupo de intelectuales y críticos de cine que colaboraban habitualmente con la emblemática revista de tapas amarillas. Entre ellos figuraban, todavía inconscientes, algunas de las que serían las personalidades más importantes de la historia del cine: François Truffaut, Jean-Luc Godard, Claude Chabrol o Eric Rohmer -entre otros-. Dejaban ver la efervescencia del momento a través de sus publicaciones en la revista. Rompieron con lo que conocían: negaron la tradición y la vigencia de un cine con el que dejaron de sentirse identificados. Influidos por obras de directores norteamericanos como Alfred Hitchcock y Orson Welles, los chicos de la nueva ola terminaron negando el carácter colectivo del proceso de creación de la película. El cine de autor nació en ese preciso instante en el que el director se consideró único creador de sus obras. El resultado, un cine de corte realista que todavía hoy, 70 años después, se mantiene actual y novedoso.

El inicio del cambio

Para finales de los años 50 y principios de los 60, el manifiesto de la nueva ola francesa pasa de la teoría y del papel a la pantalla. François Truffaut resultó elegido como mejor director por Los cuatrocientos golpes en el Festival de Cannes de 1959, donde también fue proyectada la cinta Hiroshima mon amour, de Alain Resnair. Se consolida así el inicio de la Nouvelle Vague, que inspiró títulos tan emblemáticos como Al final de la escapada (1960) de Jean-Luc Godard, Jules y Jim (1961) también de Truffaut, o La coleccionista (1967) de Eric Rohmer.

Si bien existieron diferentes corrientes dentro de la Nouvelle Vague -unas más experimentales que otras-, todas las películas que surgen del movimiento cuentan con unas características comunes que resultaron totalmente transgresoras. Las cintas destacaban por mostrar una acusada simplicidad y libertad técnica a través de la utilización de cámaras ligeras y cámaras en mano. Los presupuestos eran bastante bajos con respecto a los de las cintas habituales de la industria francesa. Además, redujeron al máximo el trabajo en estudio: exponían su libertad creativa propiciando la improvisación y rodando en escenarios naturales y espacios abiertos.

Iconos de la cultura pop

A menudo, el reparto de las películas lo componían actores y actrices sin demasiada experiencia previa. Anna Karina, Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg… caras nuevas que aportaban distinción y acusaban el salto generacional con respecto al cine francés de posguerra. Los actores y actrices que protagonizaron las películas de la Nouvelle Vague se han convertido con el paso del tiempo en auténticos iconos del chic francés y de la cultura pop. En nuestra memoria colectiva flotan imágenes en blanco y negro de sombreros ladeados, cigarrillos humeantes y chicas de pelo corto. Personajes que discuten aspectos de la condición humana durante largos diálogos y muestran su vida cotidiana sin ningún pudor pero de las maneras más insospechadas.

Hay revoluciones que suponen un cambio en la cultura. Sin lugar a dudas, y a pesar de su corta duración, la Nouvelle Vague renovó por completo el lenguaje cinematográfico y marcó la forma de hacer cine de la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, este no fue el único ámbito en el que la nueva ola se hizo relevante. A través de los personajes de sus películas, la juventud francesa del momento encontró nuevos modelos e iconos con los que identificarse y aprendieron a vivir de una forma más espontanea, mucho más libre.

Aun hoy, en pleno siglo XXI, la vieja nueva ola encuentra un hogar en plataformas digitales de cine, permitiendo que nostálgicos y neófitos puedan presumir de buen gusto e intelecto. No se puede ser moderno sin haber visto los clásicos. Aunque sólo sea por eso: larga vida a la Nouvelle Vague.

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Festival de Cine Francés de Málaga

Retrospectiva 2010-2017

Desmayos, gritos y rostros ojipláticos fueron el resultado que obtuvieron los hermanos Lumière cuando proyectaron la primera película de la historia. Ese tren llegando a la estación de Ciotat fue el inicio del que hoy conocemos como séptimo arte. Y es que lo de Francia con la industria del celuloide es una longeva y bella historia de amor que ha proporcionado a la humanidad un patrimonio inigualable.

El cine es una gran manera de promocionar la cultura de un país y llegamos a conocer el mundo a través de él. Bajo esta premisa, en 1994, la Alianza Francesa lanzó la primera edición del Festival de Cine Francés. Veinticuatro años después ya es uno de los eventos más consolidados de la agenda cultural de Málaga. Pero el Festival no se limita al país galo, sino que supone un impulso de la cinematografía proveniente de numerosos países francófonos que tienen mucho que ofrecer a los espectadores. La mayoría de estas películas no llegan al circuito comercial ni a grandes salas, por eso es tan estimulante poder descubrir obras de cineastas de países como Bélgica, Luxemburgo o Líbano en un edificio tan emblemático en la ciudad como es el Albéniz.

Tras 24 ediciones, el Festival de Cine Francés y Francófono ya es uno de los eventos culturales más consolidados en Málaga.

A lo largo de estas dos décadas y media han pasado por el Festival numerosas personalidades como Isabel Coixet, Julie Gayet, Kamal Redouani, Farouk Atig, Ahmed Deeb, Daniel Cohen, entre otras. Además, con el tiempo las propuestas se han ido ampliando; puliendo los detalles y mimando el proyecto. En 2010, el año de la 16ª edición, se creó el Premio del Público. Desde ese momento los asistentes pasaron a ser una parte mucho más activa de la dinámica del Festival pudiendo votar por la mejor película. Un año después la propuesta se llevó un paso más allá y se invitó a los espectadores de las sesiones de noche a valorar cada película de la programación.

En esa edición, la 17ª, se proyectaron cintas como Tous les soleils del prestigioso director y literato Philippe Claudel; Intouchables, el éxito internacional de Eric Toledano y Olivier Nakache, o el deslumbrante documental Océans de Jacques Perrin y Jacques Cluzaud. Pero además se homenajeó el nacimiento de Georges Melies con la proyección inédita en Málaga de El cine concierto. Los homenajes, de hecho, se sucedieron a lo largo de las siguientes ediciones y son ya un elemento clave de la programación. Por ejemplo, en la edición 18ª, con Victoria Abril como madrina del Festival, se proyectó Farenheit 451 para recordar al escritor estadounidense Ray Bradbury.

Los homenajes, edición tras edición, resultan un elemento clave de la programación del Festival

Sin embargo, fue la edición de 2016 la que marcó la diferencia al contar con mayor presencia de celebridades del panorama cinematográfico y cultural galo y español. Además se inició la colaboración con el prestigioso Festival del Film Francófono de Angulema, lo que supuso un salto de calidad en el material. Entre las películas proyectadas ese año se encontraban la celebrada comedia Il a dèjá tes yeux de Lucien Jean Baptiste, quien asistió al Festival junto a la actriz principal Aïssa Maïga, y el preestreno del documental Cinèast(e)s codirigido por Julie Gayet y Mathieu Busson. La experiencia de la 22ª edición se enriqueció, además, con la exposición del fotógrafo Tony Frank sobre el artista Serge Gainsbourg y las mesas redondas que tuvieron lugar en La Térmica con Kamal Redouani, que presentó el documental Daesh, el origen del terror; y los periodistas Farouk Atig y Ahmed Deeb hablando sobre la película Siria, los niños de la guerra.

Ya se sabe que la unión hace la fuerza y por eso en la edición de 2017, la 23ª, la Alianza Francesa multiplicó los ejes del Festival iniciando la colaboración con instituciones municipales y provinciales de la ciudad. Diputación, el Centro Pompidou, el Contenedor Cultural de la UMA, la Térmica o el centro cultural María Victoria Atencia han supuesto un apoyo esencial para ampliar el contenido de la programación del Festival y conseguir llegar a más público. Esta edición, además, batió records presentando una veintena de preestrenos nacionales. Entre ellos se encontraban la comedia Rock’n roll del director Guillaume Canet, filme protagonizado por Marion Cotillard, Noces de Stephan Streker o Petit Paysan de Hubert Charuel. La sección Documental destacó por la película Visages Villages de Agnés Varda y el artista JR. Paralelamente, a modo de tributo, se proyectaron dos películas protagonizadas por la eterna Jeanne Moreau. Desde sus inicios, el Festival ofrece sesiones matinales dirigidas al público más joven y en 2017 más de 9000 escolares de toda Andalucía pudieron disfrutar de títulos como Les Malheurs de Sophie de Christophe Honoré o la comedia Chocolat de Roschdy Zem.

Cada edición del Festival es una oportunidad preciosa para acercarnos un poco más a la cultura francófona, tan amplia y tan compleja, y explorar todos sus acentos. Es una oportunidad para disfrutar del cine sintiéndonos parte de un proyecto que abarca el trabajo y la ilusión de muchas personas por llenar las salas y transmitir historias. Porque, al fin y al cabo, es el público quien hace grandes a las películas.

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Festival de Cine Francés de Málaga

Presentación del XXIV Festival de Cine Francés de Málaga

La nueva edición del Festival de Cine Francés de Málaga, organizado por la Alianza Francesa de esta ciudad, traerá como algunas de sus películas más destacadas ‘Makala’, el documental premiado incontables festivales, entre ellos el de Cannes; y ‘Chien de garde’, la cinta francófonoa que representará a Canadá en los Oscars de Hollywood. Emmanuel Gras firma la primera de estas dos cintas, ‘Malaka’, una cautivadora historia que sumerge al espectador en el corazón del Congo de la mano de un protagonista magnético con una voluntad de hierro en la lucha por sus sueños. En un registro completamente distinto se presenta ‘Chien de garde’, el relato trepidante de JP, el protagonista de una serie de relaciones familiares tóxicas con las que tendrá que lidiar y mantener el equilibrio. La joven directora Sophie Dupuis, triunfó en el Festival de Quebec (Canadá) con una puesta en escena al servicio de los personajes.

El veinticuatroavo certamen ofrecerá siete preestrenos en España que ya han tenido una buena recepción de taquilla en el país vecino, además de sumar seis más en la Selección Oficial Francófona. Entre los preestrenos cabe destacar el poder de la comedia, con éxitos como ‘Ma Reum’, con el bullying de fondo; ‘Voyez comme on danse’, de enredos familiares; ‘Lola et ses Frères’, una historia cercana sobre los lazos que unen a tres hermanos; ‘Tout le monde debout’, clásica comedia romántica de enredos; o ‘Co-exister’, con una banda musical interreligiosa como motor de las risas, que forman el grueso de lo más novedoso en una de las industrias cinematográficas más potentes y en forma del mundo.

El actor Jean Paul Rouve, protagonista de dos de las cintas que se presentan en el festival (‘Voyez comme on danse’ y ‘Lola et ses Frères’), será uno de los invitados de esta edición del certamen, así como el director de ‘Ma Reum’, Frédéric Quiring y la acttriz Audrey Lamy, protagonista del filme.

Entre las francófonas, ‘Charlotte a du fun’, la historia que explora el descubrimiento de la sexualidad en la adolescencia femenina, abrirá la cita el 22 de octubre, y le seguirán a continuación otros títulos de gran interés como ‘Chien de Garde’, de tono épico bélico; ‘Luna’, un filme que explora el poder de los grupos en edad adolescente; ‘Vent du nord’, que aborda la problemática de la globalización económica; o ‘Primaire’, orientada al universo de la educación infantil. Todas ellas hacen gala de una potencia narrativa brillante y arrojan nuevas perspectivas sobre temas universales, en especial en el ámbito social, en el vienen destacando un buen número de autores galo-parlantes.

Documentales que mueven conciencias

El capítulo de proyecciones de documentales pasará este año a realizarse en La Térmica, que se suma al Centre Pompidou de Málaga como espacio de visionado de películas, con el Cine Albéniz como base de operaciones. Los tres grandes trabajos seleccionados para esta edición son ‘A voix haute: la force de la parole’, una sorprendente producción sobre un concurso escolar de oratoria; ‘Qu’est ce qu’on attend?’, de la premiada directora de ‘Montsanto’, Marie-Monique Robin, que en esta ocasión remueve las conciencias desde la experiencia positiva de cambiar las cosas desde el ámbito local. Por último, la bellísima ‘Dernier jour a Shibati’, que sobrecoge por su realismo mágico. Estas películas, galardonadas en varios festivales, tienen en común la temática de la transición, es decir, cómo una ciudad, un espacio o la ciudadanía, son capaces de transformar un lugar, un hábito o una forma de ser.

Por su parte, el Centro María Victoria Atencia de la Diputación de Málaga también acogerá la proyección de los cortometrajes seleccionados, una recopilación de trabajos que se realiza en cooperación con el Festival Premier Plan de la ciudad de Angers.

Más de 11.000 escolares aprenden francés gracias al cine
Un año más, la sección infantil para centros educativos vuelve a ser la cita más multitudinaria del certamen, con la mayor cantera de espectadores de cine de cuantos festivales se celebran en Andalucía, pues la cifra estimada de asistencia supera los 11.000 jóvenes, que llegarán de centros de las ocho provincias andaluzas.
Se trata de una de las líneas de trabajo primordiales para la Alianza Francesa de Málaga, que establece un eje tranversal didáctico con el Festival de Cine Francés. De este modo, la Alianza Francesa de Málaga acompaña a la Junta de Andalucía en su política de educación plurilingüe en los centros docentes y ofrece, además, un complemento en el aprendizaje del entorno audiovisual de los estudiantes, con una amplia propuesta de material a disposición de los profesores, con el que pueden trabajar en clase de francés las películas visionadas en el festival.

Homenaje a uno de los grandes, Jean-Pierre Melville

El festival volverá a contar con la mirada especial a un realizador de enorme talla artística, en este caso Jean-Pierre Melville. El director alsaciano, uno de los precursores de la Nouvelle vague y referente indiscutible del cine polar francés, será el protagonista de la retrospectiva de esta edición, con la proyección de algunos de los títulos más recordados de su filmografía, como ‘L’armé des ombres’ y ‘Le cercle rouge’. Además, será una oportunidad única para visionar ‘In the mood for Melville’, un mediometraje en el que Benjamin Clavel repasa la influyente carrera de este director en el centenario de su nacimiento, un autor que con sólo 14 películas dejó una huella indeleble en el séptimo arte.

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