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Pedagogía Cultura francófona Cine francés

Un taller de cine:
cuando la pasión se lleva al aula

Julia Branché, cinéfila empedernida, imparte un taller de cine francófono gratuito cada tarde de miércoles en la Alianza Francesa de Málaga.

El legendario director alemán Wim Wenders afirma que el séptimo arte es un lenguaje en sí mismo y que, por tanto, puede enseñarse como tal. Julia Branché, coordinadora de las actividades culturales de Alianza Francesa y del Festival de Cine Francés de Málaga, está convencida de ello y lo demuestra cada miércoles en el taller de cine francófono que imparte para aquellos socios y alumnos que cuenten con un nivel B2 o superior.

La materia no es ajena para Branché, que estudió cine en la universidad y ha trabajado para festivales en Francia e Inglaterra. El objetivo de esta iniciativa es que los asistentes puedan poner en práctica sus habilidades lingüísticas mientras hablan y discuten en francés sobre cine.

El espíritu cinéfilo de los malagueños

Tras el éxito y el interés que el Festival de Cine Francés suscita cada año entre los alumnos de Alianza, Julia ha decido estirar el espíritu cinéfilo y llevarlo hasta las aulas de la sede de Málaga y asegura que su intención “es que el cine siga teniendo cabida en Alianza Francesa todo el año y no sólo durante el Festival. Además, es una manera genial de iniciar un diálogo en francés con los estudiantes”.

En qué consiste el Taller de Cine Francófono

El motivo y la principal idea del taller parten de un objetivo personal de Julia: dar a conocer el cine francés y francófono de culto, el cine independiente y “algunas perlas menos conocidas” a partir del análisis de secuencias.

Para la coordinadora de cultura de AF Málaga este taller de cine es una manera muy especial de descubrir nuevas herramientas de lectura y es una invitación a profundizar (en francés, por supuesto) en un lenguaje que resulta tan familiar y a la vez tan desconocido para el público en general. “La idea es ver una secuencia en clase, presentarla, analizarla y compartir impresiones entre todos. Se trata de un ejercicio apasionante y lúdico para lo que aman el cine y, además, quieren mejorar su nivel de francés oral de análisis”.

Escena de la película La gran belleza de Paolo Sorrentino, una de las favoritas de Julia Branché.

Si una persona tiene a Truffaut, Gondry o Sorrentino entre sus directores favoritos, no te pierdas su taller de cine por nada del mundo

Cuando le preguntamos a Julia sobre sus películas favoritas entendimos al momento por qué le apetecía tanto impartir este taller. Entre ellas están Jules et Jim de François Truffaut, la magnífica The great beauty de Paolo Sorrentino, Eternal sunshine of the spotless mind de Michel Gondry o la épica Lord of the rings de Peter Jackson.

Siendo películas tan distintas entre sí, todas tienen en común el mismo elemento: son películas en las que se puede profundizar a nivel técnico y narrativo tanto como se quiera. Y este es el motor que impulsa a Branché a la hora de elegir cintas para la programación de su taller de cine.

Las películas del taller

La primera clase estuvo dirigida a las escenas de apertura de las películas. Para ella, Julia escogió cuatro títulos pertenecientes a cuatro géneros distintos:

  • Grave de Julia Ducournau (2016), un drama terrorífico del que ya os hablamos en este blog.
  • OSS 117 Rio ne répond plus de Michel Hazanavicius (2006), una comedia francesa de culto.
  • La guerre est déclarée de Vañérie Donzelli (2011), una historia de amor espectacular enmarcada en el drama familiar.
  • Le Mépris de Jean-Luc Godard (1963), un gran clásico de culto del cine independiente francés de la nueva ola.

“Todas las escenas de apertura de estas películas, que duran entre 2 y 5 minutos, contienen todos lo que está en juego en la película”, afirma Branché. “Todos sus elementos (música, montaje, personajes…) presentan el género de la película. Es una manera excelente de dar a conocer los códigos del drama, de la comedia o del cine independiente”.

El taller de cine francófono tiene lugar en la sede de Málaga de Alianza Francesa todos los miércoles de 17h a 18:30h hasta el 18 de diciembre y es completamente gratuito para los alumnos y los socios de la institución.

No dejéis pasar la oportunidad de practicar francés hablando sobre aquello que más se disfruta: el cine.

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Te recomendamos Cine francés

Pequeñas mentiras sin importancia

Guillaume Canet vuelve a las salas de cine con su nueva película «Pequeñas mentiras para estar juntos», la esperada continuación de la exitosa «Pequeñas mentiras sin importancia». Aprovechamos la ocasión para recordar una de las cintas más taquilleras de Francia 10 años después de su estreno.

Attention! En este artículo se desvelan algunos datos relevantes de la trama (aunque no todos, claro).

Por qué será que nos gustan tanto las películas que giran alrededor de las idas y venidas de un adorable -o excéntrico- grupo de amigos. Charlas interminables alrededor de una mesa, miradas cómplices, secretos… Los franceses hacen especialmente bien este tipo de cine casi costumbrista en el que se habla de personas corrientes con circunstancias corrientes con las que es fácil identificarse. Pequeñas mentiras sin importancia (Les petits mouchoirs), una de las películas más taquilleras en 2010 dirigida por Guillaume Canet, se ha convertido por méritos propios en todo un referente dentro de este género.

Amistad a orillas del Atlántico

Pequeñas mentiras sin importancia es el tercer largometraje del director y siempre se ha considerado su película más personal. Está inspirada en sus propias experiencias vitales y para llevarla a cabo se rodeó de actores y actrices que son amigos íntimos suyos en la vida real (lo que complicó el rodaje más de lo esperado), incluyendo a su esposa Marion Cotillard, estrella indiscutible del reparto junto a François Cluzet.

El filme comienza con una secuencia protagonizada por Ludo (un bullicioso Jean Dujardin) que se lo está pasando en grande en cualquier after parisino. Cuando abandona el local en su moto la ciudad a penas se ha despertado. La cámara lo sigue de cerca en un plano sostenido que de alguna manera nos anticipa lo que está a punto de pasar: Ludo tiene un grave accidente y es hospitalizado. A partir de este suceso conocemos a sus amigos que van a visitarlo a la UCI y, tras el shock inicial y a pesar del sentimiento de culpa por abandonar a Ludo en ese estado, deciden seguir adelante con su plan de cada año: pasar dos semanas en la casa de la playa de Max (François Cluzet), el mayor de todos.

Este es el punto de partida de la película. Tras unas cuantas pinceladas de la vida cotidiana de cada uno de los personajes que retratan cómo son y a qué se dedican, Canet nos devuelve a un verano idílico cambiando el paisaje urbano de París por la espectacular costa atlántica del sur de Francia.

Desde ese momento iremos conociendo mejor a cada uno de estos amigos mientras pasean en barco, juegan en la playa y beben vino en alargadas sobremesas; aunque esas mentiras sin importancia que irán saliendo a la luz poco a poco y la culpa por haber abandonado a Ludo en su peor momento, formarán una especie de nube gris que terminará empañando el ánimo de los presentes. cada vez más tensos e implosivos.

Drama emocional en la playa

Pequeñas mentiras sin importancia es una película sin artificios ni pretensiones. No destaca por un argumento brillante ni por efectos visuales rompedores; no es ese tipo de cine. Lo que consigue que la cinta funcione y lo que Canet hace realmente bien es resaltar aspectos muy reconocibles del comportamiento humano en cada uno de sus personajes: agresividad, pasividad, ternura, celos, envidia, culpa, deseo, competitividad…

Todas estas luces y sombras, que son en realidad las de cualquiera de nosotros, son encarnadas por un reparto carismático en estado de gracia. Gilles Lellouche, Benoît Magimel o Laurent Lafitte nos hacen formar parte de esta longeva pandilla. Una extraña familia que oscila entre la comedia y el drama emocional durante dos semanas estivales que parecen eternas. ¿Cómo no vamos a volver a ir al cine a averiguar qué ha sido de todos ellos diez años después?

Por supuesto que iremos. Cuenta con nosotros, Guillaume.

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Festival de Cine Francés de Málaga Cultura francófona Cine francés

Un 25 cumpleaños memorable para el Festival de Cine Francés de Málaga

Os presentamos una retrospectiva con lo más destacado de la XXV edición del Festival de Cine Francés de Málaga.

Cada año disfrutamos más organizando el Festival de Cine Francés de Málaga. Son meses de trabajo, organización y preparativos hasta que llega el gran día de la inauguración. Desde ese momento, como ocurre con todas las cosas que se disfrutan, el tiempo se acelera y la semana pasa volando. Siete días dedicados en exclusiva a la cultura y al cine en francés durante los cuales nos han acompañado numerosos invitados, amigos y, sobre todo, espectadores, los auténticos protagonistas edición tras edición y la razón por la que seguimos dándolo todo cada octubre desde hace más de dos décadas.

No se nos ocurre una mejor manera de promocionar la cultura francófona que hacerlo a través del cine . Este año estamos especialmente contentos porque hemos batido nuestro propio récord de espectadores. Más de 21.000 personas han visionado alguna de las proyecciones que teníamos previstas, 14.000 de las cuales eran escolares de todas las edades que disfrutaron de las sesiones matinales pensadas especialmente para ellos.

Hédi Saim, director del Festival de Cine Francés de Málaga, y Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, durante la presentación oficial del Festival.

La unión hace la fuerza

En los últimos años el Festival se ha consolidado como una de las propuestas culturales más importantes de la ciudad y ha continuado creciendo exponencialmente al mismo ritmo que los vínculos con otras instituciones locales e internacionales se han ido haciendo fuertes.

Desde 2011 el Ayuntamiento de Málaga patrocina el Festival realizando una aportación económica. Además la colaboración del Festival con La Térmica, el Centro Pompidou, el Centro Cultural Provincial MVA y el Contenedor Cultural de la UMA hace posible que la programación del festival llegue a más personas y se extienda por otros distritos de la ciudad que se encuentran más alejados del centro.

Fréderic Tellier y Chloé Stefani, director y actriz de la película Sauver ou périr disfrutando de las vistas a la Alcazaba y del sol de Málaga.

 

Por otra parte, el rol de nuestro padrino, Maurice Berthélemy, es fundamental para nosotros, pues ejerce como nexo con la industria del cine francófono. Gracias a la estrecha colaboración con el Festival del Film Francófono de Angulema (cuya co-directora, Marie France Brière, nos acompañó durante la clausura de la XXV edición) y con el Festival de cinéma de la ville de Québec, nuestra selección de películas se nutre de estrenos y preestrenos inéditos en España.

Pero este no el único contacto internacional que hacemos desde Alianza Francesa en pos del Festival de Cine Francés de Málaga. El año pasado contamos con la presencia de Matthew Levin, embajador de Canadá y en esta edición hemos recibido la visita del embajador de Francia, Jean-Michel Casa. Lo mejor de todo es que seguimos estableciendo contacto con otros países francófonos como Bélgica, Luxemburgo y Marruecos de cara a futuras ediciones. ¡El Festival de Cine Francés de Málaga más internacional que nunca!

Hédi Saim junto a la Lucy Boujenah y Thomas Soliévères, actores principales de la película Edmond

Hors normes, favorita del público

La película dirigida por Olivier Nakache y Eric Toledano que protagoniza Vincent Cassel se alzó con el Premio del Público, galardón que otorgan los propios espectadores con sus votos tras cada proyección. La cinta formaba parte de una Sección Oficial que incluía 11 títulos firmados por prestigiosos directores y directoras que ya son nombres imprescindibles del panorama cinematográfico europeo, como la gran Céline Sciamma con su Portrait de la jeune fille en feu (Retrato de una mujer en llamas) o Yvan Attal con Mon chien stupide (Buenos propósitos), película que presentará el mismo director el próximo 4 de noviembre en el Cine Albéniz de Málaga, nave nodriza del Festival año tras año.

Como en cada edición, hubo una sección dirigida a los cortometrajes y otra al cine documental. La primera tuvo lugar en el Centro MVA y se proyectaron 7 cortos seleccionados de otros Festivales que suponen una buena muestra de las nuevas corrientes y tendencias que se cuecen entre los jóvenes creadores. La segunda se llevó a cabo en La Térmica, donde se pudieron visualizar 3 documentales más el que abrió el Festival durante la fiesta de inauguración: FilmmakErs. Fue todo un honor contar con la presencia de sus directores Julie Gayet y Mathieu Busson.

Maurice Barthélémy, Isabelle Nanty, actriz principal de Fahim, Isabel Moyano, intérprete, Pierre-François Martin-Laval, director de Fahim, y Hédi Saim.

Los invitados e invitadas del festival

Poder contar con la presencia de invitados que acuden a los preestrenos de sus películas es todo un lujo. Durante esta edición, además de contar con nuestro padrino y cineasta Maurice Barthélémy y con los recién mencionados Gayet y Busson, nos han acompañado Pierre-François Martin-Laval e Isabellé Nanty, director y actriz principal de la cinta encargada de clausurar el Festival, Fahim. Pudimos entrevistar a ambos para este blog y conocer más a fondo el origen de su película.

También contamos con la visita de Thomas Solivérès y Lucy Boujenah, actores principales de Edmond, título que también formó parte de la Sección Oficial. Además, Solivèrés presentó en el marco de las proyecciones escolares la película Les aventures de Spirou et Fantasio. 

No fueron los únicos. Para el preestreno de la cinta Sauver ou périr, que ha contado con más de un millón de espectadores en Francia, acudieron al Albéniz el director y actor Frederic Tellier y la actriz Chloé Stefani.

Espectadores y espectadoras del Festival

Merecido homenaje

Como se hiciera en 2018 con Jean-Pierre Melville, el genio del cine polar, en esta XXV edición del Festival también se ha homenajeado a un director emblemático: Constantin Costa-Gavras, cineasta franco-griego cuya extensa filmografía destaca no sólo por su calidad, sino también por su carácter social. Sus películas siempre están marcadas por el compromiso político e ideológico que el director deja impreso en cada una de ellas y tres de sus títulos más importantes pudieron verse en las instalaciones del Centro Pompidou de Málaga.

Mucho más que cine

Esta edición ha sido un poco diferente a la de otros años. Además de las películas proyectadas en las diferentes categorías, han habido algunas actividades paralelas que han enriquecido la oferta cinematográfica. El inicio del festival tuvo lugar realmente a principios de septiembre cuando desde la sede de la Alianza Francesa de Málaga se ofreció un aperitivo en forma de exposición fotográfica. Se trataba de L’été dernier del joven artista plástico Edouard Taufenbach que todavía se puede visitar, ya que la colección seguirá expuesta hasta el 12 de enero de 2020.

La música también ha sido protagonista del Festival en esta ocasión. Gracias a la colaboración con Cervezas Alhambra y Sony/ATV pudimos disfrutar del concierto en directo de dos talentos emergentes del panorama musical francófono durante la fiesta de inauguración en los jardines de La Térmica. Lous & the Yakuza nos deleitó con su voz y la originalidad de sus ritmos mestizos mientras que el rapero Morad nos trasladó con sus beats al paisaje urbano y a la vida de barrio. En estos nuevos colaboradores hemos encontrado aliados importantes para apoyar y difundir la nueva creación musical desde el Festival de Cine Francés de Málaga.

También hubo espacio para el teatro. En el Contenedor Cultural de la UMA tuvo lugar la puesta en escena de Né quelque part, la primera incursión como autor y director teatral del actor, director y guionista cinematográfico Iván Morales. Una tragicomedia sobre el amor después del amor que enriqueció una programación cultural muy completa.

¡Preparados para la siguiente!

El éxito de la XXV edición y el buen sabor de boca que nos ha dejado a todos, organizadores, colaboradores y espectadores, solo nos anima a afrontar la siguiente edición con mucha más ganas y mucha más ilusión. ¡Aún quedan muchos años de cine francófono por delante!

Desde aquí queremos dar las gracias una vez más a todos los espectadores que han participado en las actividades y han disfrutado de las películas. Sin vosotros todo este esfuerzo no significaría nada pues, al fin y al cabo, el cine sin espectadores, sin alguien emocionándose delante de la pantalla, no tiene ningún sentido.

Merci beaucoup!!

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Fahim detrás de las cámaras

Fahim fue la película que cerró la reciente XXV edición del FCFM. Tuvimos ocasión de entrevistar a su director, Pierre- François Martin-Laval y a Isabelle Nanty, una de las actrices principales.

Existe cierto prejuicio hacia los cineastas y los actores en general. La imagen que a menudo se tiene de ellos es la de que son seres engreídos o superficiales cuyo trabajo no podemos más que admirar desde la distancia. Precisamente todo lo contrario que encontramos cuando fuimos a entrevistar a Pierre-François Martin-Laval e Isabelle Nanty, director y actriz principal de la película Fahim; personas cercanas, accesibles y educadas con las que se podría hablar durante horas.

Fahim es la conmovedora historia real de un chico obligado a abandonar su Bangladesh natal junto a su padre. Ambos dejan atrás al resto de su familia, su hogar y sus raíces con la esperanza remota de encontrar asilo político. Gracias a su don para el ajedrez, Fahim conoce a Sylvain, uno de los mejores entrenadores de Francia. Entre la desconfianza y el afecto, ambos tejerán una entrañable amistad con los problemas sociales y políticos de los refugiados como nota de fondo.

Isabelle Nanty y Martin-Laval durante la presentación de Fahim durante la clausura del Festival de Cine Francés de Málaga.

Cuando Martin-Laval conoció a Fahim

«Cualquier refugiado tiene detrás una historia digna de ser contada», afirma Pierre-François cuando le preguntamos por el origen de la película. El director se topó con la historia de Fahim por primera vez en televisión y, tan emocionado como intrigado por la epopeya de Fahim, se hizo con el libro que la relataba: Un roi clandestin (2014), que llegó a España bajo el título El rey de Bengala. Vio claro desde el principio que quería contar esta asombrosa historia y denunciar a través del cine las difíciles circunstancias por las que pasan los exiliados que llegan a países europeos.

Precisamente por las connotaciones sociales y políticas de la cinta, y por todas las emociones volcadas en ella, el proyecto ha supuesto un antes y un después a nivel personal tanto para Martin-Laval como para Isabelle Nanty.

La actriz nos contaba que «cuando interpretaba a Mathilde era como si me olvidara de mí misma y lo que quedaba era la vibración humana». En el reparto se encontraban muchas personas que eran refugiados en la vida real, como el propio Assad Ahmed, el niño que da vida a Fahim, no había actuado antes y, como él, muchos de los actores no hablaban francés. Para Nanty «era una responsabilidad adicional representar esta historia de manera verdadera. Ser humilde, no sobreactuar; no actuar de manera falsa ni hacer de esto (refiriéndose a la película) un número ni un espectáculo».

El actor que interpreta al padre de Fahim, Mizanur Rahaman, acababa de llegar a Francia hacía solo dos años y había pasado por muchos obstáculos desagradables. Tanto él como el resto de actores refugiados habían pasado en la vida real por situaciones parecidas a las que interpretaban, por eso sus actuaciones eran tan auténticas. Interpretar junto a ellos supuso para la actriz «un crecimiento real».

Sin embargo, la incorporación de personajes reales no es lo único que aporta verosimilitud a la película de Martin-Laval. Una documentación minuciosa y alargada en el tiempo le llevó a encontrar localizaciones verdaderas que han sido el escenario de numerosas escenas, como por ejemplo la comisaría o los campeonatos de ajedrez, donde también jugadores auténticos se incorporaron a la película. «¡Hasta el intérprete terminó teniendo un papel!» exclamaba con sentido del humor el director.

El ajedrez, protagonista indiscutible

Fahim resulta ser un jugador de ajedrez excepcional. Le preguntamos a Martin-Laval hasta qué punto, desde la parte puramente técnica, le supuso un reto reflejarlo en su película. «Desde el principio tuve que claro que quería que la película tuviera un matiz deportivo, de competición». Los planos estáticos de las miradas, las manos y el tablero consiguen traspasar la pantalla y generar tensión en la butaca del espectador; «la emoción tenía que ser verosímil de un plano a otro, buscaba secuencias creíbles emocionalmente».

«El ajedrez, intuyo, se basa en la anticipación», añade Isabelle Nanty, «y esto entra en contraste con la situación totalmente descontrolada que vive Fahim, que no puede anticipar lo que le va a pasar.» Esta diferencia se aprecia también técnicamente. En las escenas de ajedrez todo es más pausado y se basan en lo mental, mientras que todo lo que sucede en el exterior, fuera de los torneos, es mucho más dinámico, rápido e impredecible.

Sobre Assad Ahmed

Encontrar al actor que diese vida a Fahim en la ficción no fue tarea fácil. Después de siete meses de casting no daban con el perfil que estaban buscando hasta que vieron por casualidad al pequeño Assad. El chico ni siquiera estaba allí para pasar la prueba; tan solo iba acompañando a su primo que resultó ser demasiado mayor para interpretar a Fahim. Aquel muchacho tímido de grandes ojos castaños poco podía imaginar que él terminaría protagonizando la película.

Encontrar a Assad Ahmed después de siete meses de casting tuvo algo de milagroso. Vi cierto brillo en su mirada. Pierre-François Martin-Laval

Ahmed acababa de llegar a Francia con su padre, a quien justo le habían dado asilo político hacía pocas semanas. No hablaba el idioma y ni siquiera sabía lo que era el cine francés. Lo poco que le sonaba de la industria cinematográfica eran escenas aisladas de películas de Bollywood. Pero el director tuvo claro desde el principio que era perfecto para interpretar a Fahim. «Vi algo en su mirada que me hizo saber que tenía que ser él», nos aseguraba Martin-Laval.

Al pequeño Assad le costó bastante en un principio, pero tan pronto como consiguió meterse en el papel reveló un talento innato para la interpretación que dejó a todo el equipo gratamente sorprendido. Disfrutaba siendo actor y su personalidad, un poco orgullosa y hasta desafiante en ocasiones, fue el plus perfecto para darle carisma al personaje durante las competiciones de ajedrez.

Química en el set de rodaje

La amistad entre Nanty y Martin-Laval tiene ya más de 30 años. Ambos comparten un bagaje profesional en común que se remonta a los años 80, cuando crearon el proyecto teatral Les Robin des Bois. La complicidad que existe entre ellos es tangible y se intuye desde el primer momento. Conocerse a fondo siempre facilita las cosas durante el rodaje, a pesar de estar inmersos en un equipo de personas muy amplio y variado.

Una de ellas era el mítico actor francés Gérard Depardieu, que da vida a Sylvain Charpentier, uno de los mejores entrenadores de ajedrez de Francia. «A Depardieu le entusiasmó el proyecto desde el principio y se involucró totalmente en él. Le interesaba la historia real de Fahim», nos aseguraba el director. «Supe que tenía que ser él quien interpretase este papel cuando conocí al verdadero Sylvain en persona. Ambos tienen características parecidas y una complexión física igual de imponente; y ambos son de esas personas que en apariencia son duras y distantes, pero basta con rascar un poco en la superficie para encontrar un corazón enorme. Fue un lujo contar con él para la película».

Pierre-François es una persona muy sensible que se indigna con facilidad. No me sorprendió que se interesara por hacer cine social porque siempre le ha interesado. Isabelle Nanty

Cine para remover conciencias

Fahim en absoluto es una película panfletaria o que pretenda adoctrinar al espectador, de hecho está más cerca de una historia de superación tierna y conmovedora. No obstante, sí que retrata de manera natural y veraz un problema social y político que se vive diariamente en Europa: el drama de los refugiados.

Tanto para Martin-Laval como para Nanty, rodar esta película ha significado una experiencia enriquecedora no solo a nivel profesional, sino también a un nivel más íntimo y humano. Los ha puesto en contacto con una realidad a la que eran ajenos antes de sumergirse en este proyecto y ambos agradecen haberlo hecho. Los dos tienen claro que quieren seguir explorando la línea del cine social. «Ahora me siento más capaz para continuar por este camino», asegura Martin-Laval, aunque, tanto en su caso como en el de Nanty, será difícil que se alejen totalmente de la comedia que ha caracterizado la carrera de ambos desde sus inicios y que, por supuesto, también está presente en Fahim.

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Céline Sciamma incendia el Festival de Cine Francés

Retrato de una mujer en llamas, el último trabajo de la directora de cine francesa Céline Sciamma, se incorpora a la programación de la XXV edición del Festival de Cine Francés de Málaga.

Portrait de la jeune fille en feu es la cuarta película de la realizadora y guionista Céline Sciamma, cuyo nombre ya resuena bien alto entre las esferas del cine europeo. Su debut en la Sección Oficial del pasado Festival de Cannes le ha valido el Premio al Mejor Guión y ha captado la atención de público y crítica con este espectacular y rompedor drama de época.

Retrato de una mujer en llamas forma parte de la Sección Oficial del XXV Festival de Cine Francés de Málaga y se proyectará el 18 de octubre a las 22:00h en el Cine Albéniz

Desde que debutara en la escena cinematográfica en 2007 con Lirios de agua (Naissance des Pieuvres), Sciamma ha servido de fuerza impulsora del cine francés y ha cultivado una admirada reputación por sus exploraciones alrededor del género (Tomboy, 2011) y por mostrar lo femenino desde un prisma reivindicativo (Bande de filles, 2014).

La mujer en llamas de Céline Sciamma

Retrato de una mujer en llamas nos lleva a la Bretraña del siglo XVIII. Allí conocemos la imposible historia de amor de una pintora, Marianne (Noémie Merlant), encargada de pintar el retrato matrimonial de Heloïse (Adèle Haenel), una joven que acaba de dejar el convento y que no acepta su destino como mujer casada. Se niega a posar para que la retraten, por lo que Marianne debe trabajar en secreto y para ello se hace pasar por dama de compañía. La observa de día para pintarla de noche. La intensidad de los momentos que viven juntas antes de la boda de Heloïse será cada vez mayor y la relación entre ambas se irá volviendo más y más profunda.

A Sciamma le interesa contar con este filme el proceso gradual del enamoramiento que surge entre las dos mujeres de manera natural, poco a poco. Ambas van descubriendo paulatinamente una atracción física e intelectual narrada con delicadeza desde una elegante puesta en escena en la que los planos preciosistas y la luz también son protagonistas. La película, todavía inédita, forma parte de la Sección Oficial del Festival de Cine Francés de Málaga organizado por la Alianza Francesa de Málaga.

Impulsora del movimiento 50/50×2020

Cuando en Hollywood explotó la bomba Weinstein, su onda expansiva alcanzó Europa. Céline Sciamma, junto a la también directora de cine Rebeca Zlotowski, recogió el testigo de sus compañeras estadounidenses y crearon el proyecto 50/50×2020, un nuevo movimiento de paridad de género en la industria cinematográfica francesa.

La plataforma se ideó tras una inspiradora reunión secreta del grupo Time’s Up a la que ambas asistieron en noviembre de 2018. El objetivo era crear un grupo homólogo en Francia que pusiera en evidencia las deficiencias de un sector en el que la mayoría de puestos directivos y altos cargos están copados por hombres.

50/50×2020 fue lanzado durante el Festival de Cannes y consiguieron que Thierry Frémaux, delegado general del Certamen; Édouard Waintrop, director artístico de la Quincena de Directores; y Charles Tesson, director artístico de la Semana de la Crítica de Cannes, firmaran el compromiso de compilar estadísticas sobre el género de los cineastas y miembros clave del equipo de películas enviadas a Cannes. También prometieron mejorar la transparencia en torno a sus procesos de selección al enumerar públicamente a los miembros de sus comités de selección y programación, y trabajar hacia la paridad en sus juntas ejecutivas.

Valeria Golino, Adele Haenel, Celine Sciamma, Noemie Merlant y Luana Bajrami, directora y actrices de Portrait de la Jeune Fille en Feu. (Photo by LOIC VENANCE / AFP)

La mujer creadora en la industria y en el Festival

La programación de la XXV edición del Festival de Cine Francés de Málaga no es ajena a la realidad de la Industria y se compromete con la idea de dar visibilidad a la creación de las mujeres apostando por películas firmadas por directoras, atendiendo especialmente a la calidad técnica y artística de su trabajo. Con la incorporación de la cinta Retrato de una mujer en llamas, el nombre de Céline Sciamma se une a los de Julie Gayet, Monia Chokri, Claire Burger, Salima Sarah Glamine, Julie Bertuccelli y Marie Losier, sumando un total de siete directoras de cine que presentan película este año.

Pero este no es el único elemento del Festival relacionado con la paridad, la reivindicación del trabajo de la mujer cineasta y la necesidad de igualdad de condiciones laborales y económicas en el sector. Durante la fiesta de inauguración, que será el próximo 11 de octubre en los jardines de la Térmica a las 20:00, se proyectará el documental FilmmakErs dirigido por Julie Gayet y Mathieu Busson. La película forma parte del proyecto Cinéast(e)s con el que Gayet entrevistó a numerosas directoras francesas para poder plasmar un retrato común del lugar que ocupaban como cineastas. Con FilmmakErs repite el mismo proceso, pero de manera global. Entrevista a mujeres por el resto de Europa y llega hasta África y Asia. Sin duda se trata de un documento nunca antes registrado que merece la pena conocer.

Os animamos a que nos acompañéis durante la inauguración del Festival en La Térmica dónde, además de abordar todos estos asuntos tan necesarios y actuales, podremos disfrutar de la música en directo de Lous & The Yakuza, producida por El Guincho, y el rapero hispano-marroquí Morad (concierto para mayores de 16 años). Será el pistoletazo de salida perfecto para toda una semana dedicada al cine y a la cultura francófona.

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¡Bienvenidos a la XXV edición del Festival de Cine Francés de Málaga!

Del 11 al 18 de octubre podremos disfrutar de una semana dedicada al cine y la cultura francófona con la XXV edición del Festival de Cine Francés de Málaga organizado por la Alianza Francesa de Málaga.

Arranca una nueva edición de nuestro Festival de Cine Francés, que este año, además, celebra su 25 aniversario. Esta misma mañana el certamen se ha presentado oficialmente en la sede de Málaga de la Alianza Francesa contando con las intervenciones de Noelia Losada, concejala del Área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Málaga; Yolanda Guadamuro, coordinadora de La Térmica; y Hédi Saïm, director de la Alianza Francesa y del Festival.

«El Festival de Cine Francés sigue existiendo y creciendo gracias al gran apoyo del Ayuntamiento de Málaga. Pero también es muy importante destacar nuevas colaboraciones como las de Cervezas Alhambra, que participa con la fiesta de cumpleaños del Festival en La Térmica, o la de Sony/ATV Music Publishing, que presentará a dos nuevos talentos musicales francófonos que darán mucho que hablar» Hédi Saïm, director del Festival

Durante todo este tiempo de evolución, el Festival de Cine se ha consolidado como uno de los elementos más importantes de la agenda cultural malagueña hasta convertirse en la cita ineludible que es hoy. Con el objetivo de promocionar la cultura francófona a través del cine, la Alianza Francesa de Málaga une sus fuerzas un año más con las del Cine Albéniz, La Térmica, el Centre Prompidou Málaga, el Contenedor Cultural de la UMA, y el Centro Cultural MVA para llevar el acento francés a todos los rincones de la ciudad. Pero también lo hace con TV5 Monde, el Festival du Film Francófono de Angulema, el Festival Premiers Plans de Angers y el Institut Français con los que presentará películas en exclusiva en España durante toda la semana de Festival.

Llévame directamente a la programación del festival

Fiesta de inauguración

Cumplir 25 años no es algo que ocurra todos los días, por eso, para esta edición vamos a celebrar un aniversario por todo lo alto en los jardines de la Térmica. El 11 de octubre dará comienzo el Festival de Cine Francés con unos invitados muy especiales que ya son amigos del Festival, pues es la segunda vez que participan activamente en él. Se trata de la directora Julie Gayet y el director Mathieu Busson que presentan el documental FilmmakErs, dirigido por ambos, que es la tercera parte de su proyecto conjunto Cinéast(e)s. En ella entrevistan a más de veinte directoras del cine internacional sobre la posición de las mujeres en esta industria. El Festival de Cine Francés de Málaga, junto al Festival de Cine en Español de Málaga hicieron posible la entrevista de la directora y productora española Isabel Coixet para este proyecto, donde comparte pantalla con Susan Sarandon, Agnès Varda, Justine Triet, entre otras.

Es un símbolo importante para nosotros abrir el Festival con esta pieza, ya que no nos centramos solo en las proyecciones, sino que conectamos a profesionales de la industria del cine francófono y español para la creación y el desarrollo de proyectos necesarios Hédi Saïm, director del Festival.

El evento será gratuito y abierto al público y contará, además, con los conciertos de dos nuevos talentos de la música independiente: Lous & The Yakuza, producida por El Guincho, y el rapero hispano-marroquí Morad (concierto para mayores de 16 años). Después de esta gran celebración nos espera toda una semana dedicada al cine y a la cultura francófona con una programación muy cuidada que ya se puede consultar en la web del festival.

Invitados

Uno de los aspectos del Festival que más disfrutamos tanto organizadores como espectadores, es poder contar con la presencia de personalidades relacionadas con la cultura cinematográfica que vienen a presentar sus trabajos o a participar en mesas de debate. Este 2019 el Festival de Cine Francés cuenta con Maurice Barthélémy como padrino. El actor, director y productor de cine y televisión, que reside entre la provincia de Málaga y París es el nexo que une el Festival con personalidades y profesionales del cine francófono, y además, acompañará a los actores Pierre François Martin Laval e Isabelle Nanty al preestreno de su última película ‘Fahim’ (estreno en Francia el 16 de octubre) que clausurará la sección oficial el 18 de octubre. Los tres fueron compañeros en la compañía teatral cómica “Les robins des bois” famosa por sus apariciones en Canal+ o en películas como ‘Asterix y Obelix misión Cleopatra’.

También se contará con la visita de Thomas Solivérès y Lucy Boujenah, actores principales de ‘Edmond’ (Francia, 2019). Además, Solivérès presentará en el marco de las proyecciones escolares la película ‘Les aventures de Spirou et Fantasio’ (Francia, 2018).

Sección Oficial del Festival de Cine Francés

Este año la Sección Oficial francófona, del 12 al 18 de octubre en el Cine Albéniz, presenta un total de diez largometrajes francófonos en pre-estreno. Dentro del programa encontraremos ‘Le chien stupide’ (estreno en Francia el próximo 30 de octubre), que se anuncia como una de las comedias más taquilleras de final de este año, dirigida por Yvan Attal y protagonizada por Charlotte Gainsbourg.

También, varias películas premiadas por el jurado de Cannes, como la cinta ‘La femme de mon frère’ (Quebec, 2019) dirigida por Monia Chokri, una de las actrices fetiche del joven Xavier Dolan, ‘Les Miserables’ (Francia, 2019), dirigida por Ladj Ly, o la última película de los directores de ‘Intocable’, Olivier Nakache y Eric Toledano: “Hors Normes”, que clausuró el Festival de Cannes 2019 y que protagoniza Vincent Cassel. De Quebec (Canadá) al Congo, pasando por Bélgica, el certamen proyectará distintas cintas francófonas como “La miséricorde de la jungle” (Rwanda, Bélgica, Francia) o “Pour vivre heureux” (Bélgica, Francia). La mayor parte de estas cintas se preestrenarán en España antes que en Francia, gracias al Festival.

Cortometrajes y Documentales

A la programación del festival se suma la proyección en La Térmica de tres documentales de diferentes temáticas que cuentan la historia de tres personas con unos destinos increíbles. Es el caso de ‘Dernières Nouvelles du Cosmos’ (Francia, 2016), dirigida por Julie Bertolluci, que cuenta una historia extraordinaria de superación; ‘Libre’ (Francia, 2018) de Michel Tosca, que durante tres años fue testigo de las fronteras legales que los habitantes de La Roya se encontraron a la hora de acoger a refugiados. El documental recibió la Mención Especial «Oeil d’or» en el Festival de Cannes en 2018. ‘Cassandro The Exotico!’ (Tunisia, Francia, 2018) dirigida por Marie Losier, que clausurará esta sección, nos cuenta la reinvención de un transformista de lucha libre mexicana después de 26 años de profesión, y será la encargada de cerrar las proyecciones de este programa.

Fotograma del documental Libre!

Por otro lado, seguimos apostando por los jóvenes creadores y los cortometrajes. Hemos seleccionado 7 cortos que podrán verse el 15 de octubre en el Centro cultural MVA. En esta ocasión, la Alianza Francesa propone un programa que nos acerca a historias de entornos desfavorecidos, cuestiones sociales, aventuras y humor. El corto ‘Sonrisita’ (Francia, 2019), que nos habla sobre el divorcio en un tono divertido, abrirá este programa después de haber sido ganador en el 48h Film project en Orlando y de haber recibido el Premio Especial del jurado en el Festival Cinéma en Liberté. A él le seguirán ‘Arthur Rambo’ (Francia, 2018), Mejor Corto Internacional en Manchester Film Festival; ‘La convention de Genéve’ (Francia, 2016), Premio del Público en el Festival Internacional de cortometrajes de Bruselas; o ‘Nefta Football Club’ (Tunisia, Francia, 2019), Premio del Público y del jurado en Aspen Shortsfest.

También se podrá ver ‘Les Indes Galantes’ (Francia, 2018), un cortometraje que nos habla del krump, un tipo de baile que una la cultura urbana con la música de Rameau en el París de 1995. ‘Aïssa’ (Francia, 2014), una cinta sobre la inmigración en Francia, que recibió mención especial del jurado en el Festival de Cannes. Finalmente, ‘Goliath (Francia, 2017) cerrará este programa con una historia sobre amor adolescente y redes sociales.

Homenaje a Costa-Gavras

Así como ocurrió en la pasada edición de 2018 con el genio del cine polar Jean-Pierre Melville, este año también se rinde homenaje a un director de cine imprescindible. Se trata del cineasta franco-griego Costa-Gavras (Grecia, 1933), cuya trayectoria cinematográfica destaca no solo por su calidad técnica y artística, sino también por su compromiso político y social llevado a la gran pantalla y que hizo de sus películas herramientas de transformación social y movilización de conciencias.

El Centre Pompidou Málaga será el lugar elegido para la proyección de la ópera prima del director, con la que abrirá esta sección el lunes 14 de octubre; “Compartiment tueurs” (1965) es una película franco-italiana, adaptación de una novela de Sébastien Japrisot, con referencias al cine policiaco de Clouzot o Melville. El miércoles 16 de octubre se proyectará “Z” (1969), probablemente la obra más importante del autor hasta la fecha; esta adaptación de libro de su compatriota Vassilis Vassilikos cuenta la historia del asesinato de un griego liberal cometido por las autoridades del país, regido por la corrupción. Esta cinta ha sido la más premiada de su carrera; además supone un punto de partida en el género policiaco y político del que muchos otros autores se verían influenciados posteriormente.

Por último, el jueves 17 de octubre, el homenaje concluirá con “L’aveu” (The confession, 1970), una obra militante con la que el director denuncia los juicios estalinistas y las torturas que sufrían los presos políticos a los que obligan a reconocer hechos no acontecidos

Más allá de la pantalla

La programación de este año se completa con actividades paralelas de teatro, stand up, una exposición y proyecciones escolares. El Contenedor Cultural de la Universidad de Málaga colabora con el Festival por tercera vez consecutiva, y lo hará este año con la representación de la pieza “Né quelque part” de Tolgay Pekin y Aina Tomàs (actores) y Gaëlle Menard (directora). El toque de humor lo encontraremos en el Centro Cultural MVA que será escenario del espectáculo resultante de la colaboración de este Festival con MHB Producción y el famoso teatro parisino Le point virgule el 15 de octubre.

Por otro lado, no podemos olvidar las sesiones escolares con las que los más pequeños vuelven a tener un lugar destacado en el Festival. Se han programado cuatro preestrenos de largometrajes que podrán verse en el Cine Albeniz, Centro Cultural MVA y La Térmica con más de 60 pases. El Festival acogió a más de 11.000 alumnos en su pasada edición, y prevé llegar a los 14.000 este año.

Finalmente, desde el pasado 12 de septiembre y hasta el 12 de enero 2020 se puede visitar en la sala de exposiciones de la Alianza Francesa de Málaga la muestra “L’été dernier”, del artista francés Edouard Taufenbach. Esta exposición nace del trabajo del artista junto el director de cine Sebastien Lifshitz, ganador de un Premio César por su documental ‘Les invisibles’, proyectado en 2012 en el Festival de cine francés en Málaga.

Un Festival de Cine a la altura de sus espectadores

Desde Alianza Francesa queremos agradecer a todas las Instituciones y entidades colaboradoras su participación en el certamen. Pero, sobre todo, queremos dar las gracias a todas las personas que asisten y participan en las actividades. Sin los espectadores, el Festival de Cine Francés de Málaga no sería posible.

Merci beaucoup!

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Homenaje a Costa-Gavras en la XXV edición del Festival de Cine Francés y Francófono de Málaga

Celebramos 25 años de cine en francés homenajeando a Constantin Costa-Gavras, cineasta franco-griego cuya extensa filmografía destaca no sólo por su calidad, sino también por su compromiso social.

Hasta mediados de septiembre no podemos desvelar la programación oficial de la vigésimo quinta edición del Festival de Cine Francés de Málaga, que tendrá lugar del 11 al 18 de octubre en diferentes espacios de la ciudad (La térmica, el Centre Pompidou Málaga y, por supuesto, el Cine Albéniz). Sin embargo, sí que podemos daros un avance: este año dedicaremos el Festival a la inigualable figura del cineasta francés de origen griego Costa-Gavras; un reconocimiento que nace de la habitual colaboración con el Festival Premiers Plans de Angers.

El cine según Costa-Gavras

Konstantinos Gavras, llamado Costa-Gavras, es un director de cine franco-griego, nacido en Lutra-Iraias (Atenas) en 1933. Sus primeros años los dedicó al thriller político y al drama social, mientras que en la posterior etapa de su carrera se ha volcado más en la ficción social. Sus películas han destacado siempre por el compromiso político e ideológico que deja patente en cada una de ellas, convirtiéndolas así en herramientas de transformación social y de agitación de conciencias.

Ganador de múltiples premios Oscars, BAFTA o del Festival de Cannes entre otros, Costa-Gavras siempre ha trabajado con figuras internacionales a lo largo de su trayectoria, como Jorge Semprún, Dustin Hoffman, John Travolta o Jean-Louis Trintignant. Por otra parte, como buen amante de la Literatura (carrera en la que se licenció en su juventud), ha adaptado al cine algunas obras literarias de autores como Vassilis Vassilikos (“Z”, 1969), Romain Gary (“Clair de femme”, 1979) o Thomas Hauser (“Desaparecido”, 1982).

Proyecciones en el Centre Pompidou de Málaga

Como ya viene siendo tradición, el homenaje tendrá lugar en el Centre Pompidou, donde se proyectarán tres de las películas más importantes del director. A continuación os dejamos las fechas e información sobre las mismas:

14 de octubre

Será la ópera prima de Costa-Gavras la que inaugure la sección. Se trata del filme Los raíles del crimen (Compartiment tueurs, 1965). Una película franco-italiana con un reparto coral adaptada de una de las novelas de Sébastien Japrisot. En ella se pueden observar referencias al cine polar de Clouzot o Melville (protagonista homenajeado en la anterior edición del Festival).

La cinta cuenta la historia de seis personas que comparten un coche-cama durante el trayecto en tren desde Marsella a París. La situación se tensa cuando uno de ellos aparece asesinado y la policía comienza a investigar el crimen. En el 66, esta película estuvo nominada a los BAFTA y fue premiada como Mejor Película Extranjera en los National Board of Review.

16 de octubre

No podíamos prescindir de la que probablemente sea la obra más importante del autor hasta la fecha: Z (1969). De nuevo se trata de una adaptación literaria, en este caso del escritor griego Vassilis Vassilikos, en la que se denuncia el asesinato de Grigoris Lambrakis, un diputado griego de izquierdas y pacisfista. Cuando el asesinato es encubierto por las autoridades del país, un joven magistrado a quien encargan la investigación del caso comienza a indagar y a sacar trapos sucios.

Esta cinta ha sido sin duda una de las más laureadas de su carrera. Consiguió con ella numerosas nominaciones y premios, incluyendo dos Oscars. Además, supuso el inicio de su inmersión en el género policiaco y político del que muchos otros cineastas se han visto influenciados posteriormente.

17 de octubre

La cinta La confesión (L’aveu, 1970) será el cierre y broche final del homenaje a Costa-Gavras. Después del éxito de Z, el director continuó explorando en la denuncia y representación del totalitarismo. Con esta obra militante, el franco-griego denuncia los juicios estalisnistas y las torturas que sufrían los presos políticos a los que obligan a reconocer hechos no acontecidos durante el famoso Proceso de Praga de 1952.

El filme, que estuvo nominado a los Globos de Oro en la categoría de Mejor Película Extranjera, no habría sido posible sin la implicación de Yves Montand y Simone Signoret (actores protagonistas), debido a las presiones comunistas francesas a las que tuvo que hacer frente.

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Diccionario Cine francés

El Realismo Poético francés

La historia del cine francés es amplia y siempre ha sido un referente en el resto del mundo. Os contamos en qué consistió el Realismo Poético francés, la corriente cinematográfica que revolucionó el concepto de cine en la Francia de los años 30.

Cuando pensamos en la historia del cine francés es muy común que la Nouvelle Vague sea lo primero que nos venga a la mente. Sin embargo, el aporte de Francia a la cinematografía consistió en mucho más. Sin ir más lejos, el propio origen del cine es francés. Fueron los pioneros hermanos Lumière quienes el 28 de diciembre de 1895 proyectaron imágenes en movimiento por primera vez en una sala de París. Más tarde, en la década de los años 30, tuvo lugar una importante vanguardia conocida como Realismo Poético francés.

Una cuestión de vida o muerte

Es innegable la importancia de Francia en la historia del cine. Sin embargo, no fue el único país que desarrolló su industria cinematográfica. En el periodo de entre guerras otros países empezaron a despuntar internacionalmente. Italia y sus superproducciones, Alemania con su Expresionismo y Hollywood al otro lado del charco exportando bombazos taquilleros, hicieron que Francia se quedase atrás.

Sin embargo, el país donde surgió el cinematógrafo no se podía permitir contentarse con un segundo plano. Pronto un grupo de intelectuales, literatos y cineastas se pusieron manos a la obra y consiguieron dar un giro totalmente novedoso a lo que se venía haciendo hasta el momento en las pantallas, dando forma al Naturalismo, vanguardia que se conoció después como Realismo Poético.

Los nombres del Realismo Poético

Se trataba de una época convulsa en la que la Gran Depresión estaba haciendo estragos por todas partes. Las grandes productoras quebraron y esto dejó vía libre a creadores y productores independientes como Jean Renoir, René Clair, Jean Vigo, Marcel Carné, Jacques Becker o Julien Duvivier, entre otros.

Lo cierto es que había pocos nexos para unirlos en un mismo movimiento, pero aún así, fue posible hacerlo. Se trataba de un grupo heterogéneo que compartía preocupaciones e interés por temas fatalistas e historias maniqueas, a menudo extraídas de las páginas de las obras de autores como Émile Zola o Leo Tolstoy.

El guionista Jacques Prévert

Pero también compartían guionistas, pues en casi todos los proyectos aparecía la firma de los escritores Charles Spaak, Henri Jeanson o Jacques Prevert, figuras imprescindibles en el Realismo Poético francés. Estos escritores, procedentes del periodismo y la literatura, aportaron al cine un pensamiento moderno cuyo mérito, en palabras del historiador Pierre Leprohon, fue “haber liberado al cine francés de la molesta herencia de los dramaturgos de la belle époque”. Supieron trasladar el cine a su tiempo, lo actualizaron y consiguieron crear verdaderas obras maestras naturalistas.

Los grandes títulos

Estas películas elegantemente iluminadas mostraban la pesadumbre que se respiraba en la atmósfera de una Europa que acababa de salir de una guerra y se dirigía inexorablemente hacia la siguiente. Las cintas de este periodo estaban pobladas por figuras fatalistas a las que a menudo daban vida los intérpretes Michel Simon, Jean Gabin o Michèle Morgan.

Estos melodramas eran historias urbanas, ambientadas en París que, como en una tragedia griega, siempre acababan mal. La muerte, la pérdida o cualquier destino triste aguardaba siempre al héroe al final de la cinta. Las protagonizaban obreros, maleantes o prostitutas; personas que existían en un mundo que no perdona, ya sea por la tiranía de la pobreza por la de un corazón roto. Este género – ¿o más bien estilo?- envolvía la denuncia social en una lírica misteriosa y una belleza estética y formal magnéticas. Al igual que en el cine negro, este género aprovechó al máximo el esquema en blanco y negro, del que se servía para impregnar de verdadera poética el realismo de la condición humana.

Escena de Pépé le Moko, el rufián romántico por excelencia.

 

Algunas grandes películas de la época, como La gran ilusión (La grande illusion, 1937) de Jean Renoir, fueron verdaderos dramas, aunque otras como La regla del juego (La règle du jeu, 1939) del mismo director, estaban escritas y dirigidas en una clave más cómica. Otros, sin embargo, aprovecharon ese lado poético del naturalismo al máximo, como hizo Jean Vigo en L’Atalante (1934) y otras sorprendieron por su similitud con la tradición del cine negro americano. Es el caso de las cintas Pépé Le Moko (1937) de Julien Duvivier o de Amanece. Al despertar el día (Le Jous se lève, 1939) de Marcel Carné.

Las historias que se crearon durante este periodo son intensas y hermosas. Al verlas, nos adentramos en una parte de la historia cinematográfica poco transitada ya. Sin embargo, al hacerlo, nos daremos cuenta de lo injusto que es. Querremos verlas más de una y de dos veces y querremos que nadie las olvide. Hay algo único y deslumbrante en la mirada de los autores poéticos realistas franceses y por suerte, hoy en día, solo estamos a un click de ella.

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